Las primeras generaciones que cotizaron bajo el esquema de Afores se jubilarán para el 2021, pero recibirán de pensión entre el 25 y 30%, cuando lo recomendable es el 70.
Regeneración, 20 de abril de 2017.- Al menos cinco millones de personas que empezaron a cotizar con el esquema de contribución definida en 1997 podrían jubilarse sin pensión, y obtener sólo los recursos que ahorraron en su Afore, sin embargo, estos recursos no son los suficientes para vivir.
Y es que la aportación a las afores es del 6.5 por ciento, la cual es muy baja, pues al final de su vida laboral, los trabajadores recibirían entre 25 y 30 por ciento de su último salario, cuando lo ideal es que reciban el 70 por ciento.
Bajo el esquema de contribución definida instaurado en 1997, el trabajador es responsable de su ahorro para el retiro y recibe apoyo del gobierno y su empresa, pero no se compara con lo que recibiría con una pensión.
De acuerdo con una nota de El Economista, aquellos que hayan empezado a trabajar con el esquema del 97 no recibirán pensión debido a que no alcanzarán el número de semanas que necesitan para jubilarse, dijo el presidente del Colegio Nacional de Actuarios, Carlos Lozano.
“Para el 2021 las personas que tengan 65 años, alrededor de 5 millones, no alcanzarán a registrar las mil 250 semanas de cotización que se requieren para solicitar una pensión, pues muchas de ellas tienen dividida su actividad laboral entre lo formal y lo informal”, dijo.
Sin embargo, la cifra es conservadora, pues sólo se está tomando en cuenta a los afiliados al IMSS y faltan todos los trabajadores informales.
Refirió que, de los 18 millones de afiliados que hay en el IMSS, 6 millones están bajo el régimen de la Ley del Seguro Social de 1973; mientras que 12 millones ya están registrados en el régimen de la Ley de 1997, es decir, su pensión la recibirán a través de una afore.
Según el actuario, incrementar las aportaciones a la Afore (como lo sugiere el gobierno federal a través de su canción “con diez pesitos al día lo puedes lograr”), tampoco es una opción, pues si bien se incrementarían los recursos, representaría un alto costo para las empresas, lo que a su vez provocaría más empleados en la informalidad.
“Si se establece un incremento indiscriminado de aportaciones, probablemente algunas empresas no lo puedan cumplir y se vean orilladas a migrar a la informalidad. Estarían en desventaja porque tendrían que poner más presión en sus costos (…) Bajo el esquema de aportación tripartita, la empresa es la que aporta más, subir las aportaciones de forma tajante representaría un alto costo”, señaló.
Según el actuario, actualmente se está elaborando una propuesta para que se creen esquemas de planes de pensiones que se adecuen a las necesidades de las empresas.
Vía El Economista.