Expertos coinciden en que los aspirantes rechazados es un tema que las autoridades deben atender con urgencia antes de que tenga consecuencias negativas para todo el país. El gran problema es la falta de más espacios en las instituciones públicas de educación superior.
Regeneración, 27 marzo 2017.- En su primer concurso de ingreso del año, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aceptó a sólo 8.6% de los jóvenes que presentaron su examen de ingreso para alguno de los 118 programas académicos que ofrece la institución, tanto en el sistema escolarizado como en la Universidad Abierta y a Distancia.
Esto representa que de los 144 mil 61 jóvenes que presentaron su examen de primera vuelta, sólo 12 mil 472 alcanzaron el puntaje requerido por la universidad en sus diferentes programas de estudio, lo que significa que 131 mil 589 no obtuvieron un lugar.
Lizbeth Landeros Arriaga es una de las más de 131 mil jóvenes que no ingresarán. Aunque este resultado la dejó triste, ve su situación con optimismo y está dispuesta a presentarse en el examen de segunda vuelta, que se celebrará a mediados de año y aprovechará para cambiar su elección de carrera.
“No fui aceptada en esta primera vuelta, pero no importa porque voy a hacer el examen para la segunda vuelta. Lo que me había pasado es que pensaba que quería estudiar Relaciones Internacionales, pero me di cuenta de que en realidad lo que me gustaba era Derecho”, comentó.
Dijo que la UNAM es su opción para estudiar puesto que sus papás no tienen los recursos para costear la carrera en una universidad privada; ella estudió el bachillerato en una preparatoria de paga, dijo, pero siempre tuvo una beca de 100%.
“Siempre estuve becada y además, educativamente no se puede comparar el nivel de la UNAM con otras escuelas”, contó.
Esto es similar respecto a la cantidad de jóvenes aceptados en 2016, cuando la UNAM también recibió a 8.6% de los jóvenes que presentaron sus exámenes de admisión en los concursos de febrero y julio, conocidos como la primera y segunda vueltas, para 118 programas académicos de licenciatura.
Más allá de esto, los expertos coinciden en que la situación de los aspirantes rechazados es un tema que las autoridades deben atender con urgencia antes de que tenga consecuencias negativas de gran alcance, no solamente para la Ciudad de México sino para todo el país.
El gran problema es la falta de más espacios en las instituciones públicas de educación superior. Pese a que instituciones como el IPN y las escuelas a cargo del Gobierno capitalino han accedido a abrir más lugares en sus aulas.
Especialistas como Roberto Rodríguez consideran que los efectos negativos pueden ser más profundos, uno de ellos advierte es la potencial fuga de talentos: que personas busquen estudiar e instalarse en otros países, si consideran que en México no encontrarán oportunidades de desarrollo. A su vez, esto afectaría la productividad y el crecimiento nacional.
Para enfrentar estos problemas, dice, algunas alternativas son que las autoridades amplíen la oferta educativa y fortalezcan las tareas de orientación vocacional, como se ha hecho en países latinoamericanos, por ejemplo, Cuba, Venezuela, Bolivia, Argentina y Uruguay.
Otros especialistas mencionan también que los gobiernos, junto con investigadores y las propias universidades, deben analizar qué tanto crecerá la demanda de educación superior en las próximas décadas, para vincularla con las necesidades de desarrollo del país y diseñar una estrategia sostenible para brindar espacios a los jóvenes.
En cifras
8.6% de las 128 mil 490 personas que en 2015 hicieron el examen para la UNAM obtuvo un lugar.
27% de los aspirantes al Instituto Politécnico Nacional consiguió un espacio.
254 mil jóvenes de 20 a 29 años que habitan en la capital del país no estudian ni trabajan.
Con información de El Universal, Regeneración y Animal Político