La familia fue llevada a un sitio desconocido, a las menores no se les permitió ir al sanitario y tuvieron que orinarse encima.
Regeneración, 17 de enero de 2018.-En 2015, un policía ministerial de la Fiscalía de Tabasco, ahora preso por robo de combustible, fue torturado junto con su familia por agentes de la Policía Federal.
La comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) denunció que en los hechos ocurridos el 6 de noviembre, el policía, su esposa, sus hijas de 6 y 8 años, así como una bebé de un año fueron privadas ilegalmente de su libertad pues no se les atribuía ningún delito.
Según la Recomendación 81/2017 de la CNDH, mientras que la detención del elemento fue arbitraria debido a que no se cumplieron los requisitos de ley, aunque sí se le imputaba un delito.
Ese día, la detención se dio entre las 13:30 horas, los federales ingresaron al domicilio y robaron objetos de la vivienda por un total de 30 mil pesos. La familia fue llevada a un lugar desconocido y durante el trayecto, los policías les cubrieron el rostro a los cinco, les apuntaron con sus armas y amenazaron con quitarles la vida.
Cuando llegaron al sitio desconocido, a las menores no se les permitió ir al sanitario y tuvieron que orinarse encima, además no se les dio alimento.
Ya en la noche, las menores escucharon los gritos de dolor de su padre, cuando era torturado.
Luego de 24 horas, a las 13:00 horas del 7 de noviembre, la mujer y sus hijas fueron liberadas y abandonadas en una carretera estatal, bajo la amenaza de no contar lo sucedido.
Mientras que el hombre fue a disposición de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), de la Procuraduría General de la República (PGR), junto con un compañero de trabajo, por lo que fueron trasladados a la Ciudad de México.
El 11 de noviembre se ejerció acción penal en contra de ambos hombres y fueron remitidos al Cefereso 12, donde permanecen recluidos por la probable comisión de los delitos de robo de hidrocarburos, delincuencia organizada y otros.
La CNDH subrayó que “se concluyó que el esposo de la quejosa fue agredido física y psicológicamente para que aceptara los delitos que se le estaban imputando”.
Además, comprobó que la madre y sus dos hijas mayores fueron torturadas y se aclara que, como la bebé apenas tenía un año de nacida, no le fue posible realizar los exámenes necesarios, aunque no se destacan afectaciones en su desarrollo.
La recomendación de la CNDH fue dirigida a la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), por la actuación de los policías federales, pero también a la PGR, pues no indagó adecuadamente las denuncias de lo sucedido contra las niñas y su madre.
Con información de Reforma