Felipe Calderón y Peña Nieto pactaron frenar a AMLO “por miedo”

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Regeneración, 9 mayo del 2016.– El periodista Álvaro Delgado, presenta su más reciente libro El Amasiato, trata de cómo en el 2006 y en una reunión que define el concepto de “acuerdo cupular y en lo oscurito”, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto “pactaron el apoyo” del PRI mexiquense al panista en las elecciones presidenciales que estaban por venir, y el respaldo del michoacano al entonces gobernador del Estado de México para los comicios de 2012, el objetivo: frenar en las dos ocasiones a López Obrador.

Detalla todo lo relacionado con esa alianza, que “abrió la puerta a una guerra y a una nueva era de corrupción y opacidad”. La revista Proceso reproduce un fragmento de esa obra, que ya está en circulación.

El libro relata que el encuentro se dio a las diez de la noche, en la suite del hotel Nikko, en Polanco, sede del cónclave secreto, Faltaban pocas semanas para la elección presidencial de 2006. Peña Nieto, gobernador del Estado de México, iba con Luis Videgaray y Jesús Murillo Karam. Acompañaban a Calderón Juan Camilo Mouriño, coordinador operativo de su campaña, y Ulises Ramírez, alcalde con licencia de Tlalnepantla, artífice de la reunión y del pacto que esa noche se cerró.

“El miedo a la victoria de Andrés Manuel López Obrador”, el candidato de la izquierda, los convocaba. El resultado del pacto fue que el 2 de julio de 2006, día de la elección, el PRI del Estado de México “operaría” para transferirle 200 mil votos priistas a Calderón, candidato del PAN.

El autor del libro se dio la tarea de buscar a Ulises Ramírez (artífice de la reunión, exsenador y actual diputado federal panista que antes militó en el PRI) para profundizar la información. Sorprendido, obsesivo por saber el origen de la infidencia, confirmó la veracidad plena del pacto que, subrayó, habían honrado las partes.

“Ahí se definió la Presidencia de la República”, se ufana Ulises Ramírez cuando narra este episodio histórico, reservado desde entonces a ese pequeño grupo de políticos, a quienes Peña y Calderón ordenaron mantener en secreto para siempre.

En la reunión que tuvieron a solas durante hora y media, Peña y Calderón hablaron también del futuro de Margarita Zavala mujer de éste y prima política de Videgaray.

“La meta que teníamos en el Estado de México era sacar un millón 500 mil votos y logramos un millón 700 mil y cacho. Los 200 mil fueron producto de esa reunión”.

En la elección presidencial de 2006, Madrazo, candidato del PRI-Partido Verde, obtuvo sólo 18% de los votos en el Estado de México (un millón, en números redondos), mientras López Obrador arrasó con 43% (dos millones 500 mil); Calderón alcanzó un millón 700 mil sufragios con los 200 mil que le abonó Peña, equivalentes a 31% de la votación.

Un año antes Peña Nieto ganó la gubernatura con un millón 801 mil votos (49% de la votación total) –casi la misma cifra que obtuvo Calderón–, por 936 mil (25.6%) de Rubén Mendoza Ayala, candidato del PAN, y 918 mil (25.11%) de Yeidckol Polevnsky, contendiente por la izquierda.

2012: La traición de Calderón

Seis años después, la campaña del PAN “Peña no cumple” fue un éxito, devastadora para el candidato priista. Los spots de radio y televisión con esta leyenda lo exhibieron como un candidato falaz y vulnerable.

La casa de campaña de Vázquez Mota pulsaba las variaciones del electorado. La campaña de “Peña no cumple” hizo caer al priista prácticamente un punto cada semana desde el inicio de la contienda: Del 1 abril a al 5 de junio se desplomó de 44 a 37 puntos.

En cambio, en el mismo periodo, López Obrador subió 12 puntos de 22 a 34 y Vázquez Mota se vino abajo cinco de 32 a 27, siendo que la campaña “Peña no cumple” era del PAN.

En seis días, consta en el tracking del PAN, el panorama de la elección presidencial cambió: el 26 de mayo López Obrador empató en el segundo lugar a Vázquez Mota con 29 puntos cada uno, pero el 2 de junio el candidato de la izquierda se colocó en un empate técnico con Peña 34 a 37 puntos, mientras que la panista caía al tercer lugar con sólo 27.

El 31 de mayo de 2012 el diario Reforma publicó una encuesta que coincidía con las cifras de la casa de campaña de Vázquez Mota: López Obrador estaba a cuatro puntos de Peña, mientras la panista se desfondaba.

Las cifras del tracking de la casa de campaña de Vázquez Mota coincidían con las encuestas de la Presidencia de la República y eran parecidas a las que mostraba Reforma.

Por eso el 5 de junio, a un mes de las elecciones, ocurrió algo extraño en la campaña de Vázquez Mota: el PAN retiró los spots que habían dañado severamente al candidato del PRI los de “Peña no cumple”.

Álvaro Delgado cuestionó a Rafael Jiménez  sobre ¿Quién y porqué se paró la campaña “Peña no cumple?, a lo que contestó que fue Roberto Gil por orden de Calderón. A Calderón no le gustaba que estuviéramos bajando tanto a Peña, porque El Peje estaba a punto de tomar ventaja.

Molesto, el estratega admitió que la suspensión de “Peña no cumple” implicó un punto de quiebre en la campaña del PAN. “Le estaba haciendo un daño terrible a Peña y quitarla cuando estaba debajo de los 40 puntos lo revivió por completo”.

Cuando el PAN retira los spots contra Peña, el 5 de junio, éste inicia la recuperación que lo llevaría al triunfo un mes después. Vázquez Mota subiría marginal y temporalmente: Quedaría en tercer lugar.

Margarita: irrelevante trayectoria propia

En una segunda parte Delgado detalla de cómo se complementa el acuerdo Peña- Calderón que es el  impulsar a Margarita Zavala, esposa del panista. Pues expone que con sólo una diputación local y otra federal, ambas plurinominales, con cargos burocráticos menores en el PAN, siempre por designación cupular, la trayectoria política de Margarita Esther Zavala Gómez del Campo es más bien opaca, y su imagen ha sido fabricad con recursos públicos.

Narra que desde la Presidencia de la República se inició la fabricación de la imagen de Margarita, como parte de los estudios que sobre ella y su marido, Felipe Calderón, se hicieron a un costó 12 millones 228 mil 49 pesos, con cargo al fondo de transición de 2006, que ascendió a 150 millones de pesos y que se gastaron con voracidad inaudita.

Uno de los primeros pagos que se hicieron con esos recursos públicos del fideicomiso para la transición fue para la empresa De la Riva Información Estratégica, a la que Calderón le encargó hacer una “auditoría de imagen pública” a su esposa con un objetivo: posicionarla como la primera dama de México.

Este estudio, que costó casi un millón de pesos 848 mil 994, estableció la estrategia para saber cómo vestirse, de qué manera debía comportarse, qué temas tendría que abordar o evadir en público, y hasta qué imagen tenía que proyectar en su papel como integrante del PAN.

El estudio tenía como objetivo también el papel que debería desempeñar Zavala luego del desbordado protagonismo en el gobierno de Marta Sahagún, que también quiso ser presidenta de México.