Los modelos tradicionales de educación del varón, al igual que los discursos sobre cómo ser hombre, comenzaron a devaluarse y derivaron en la llamada crisis de la masculinidad, explicó Ena Niño Calixto.
Regeneración, 18 de junio de 2017.- La formación tradicional ha causado una crisis de identidad masculina en México, pues los recursos que les inculcaron dejaron de ser suficientes para seguir siendo el sexo dominante, además que no les permite adecuarse a los cambios sociales y culturales, dijoEna Niño Calixto, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
Indicó que los modelos tradicionales de educación del varón, al igual que los discursos sobre cómo ser hombre, comenzaron a devaluarse, entre otros motivos, por el cambio sociocultural que implicó que las mujeres estudiaran, trabajaran, aportaran recursos económicos a los hogares, y tuvieran una progresiva independencia.
Una de las consecuencias fue el desplazamiento paulatino de los hombres como proveedores y protectores, y la pérdida de su exclusividad en cuanto a autoridad y control en el seno familiar, situación para la cual no estaban educados ni preparados.
La pérdida del respeto de los hijos hacia los padres es una de las principales preocupaciones de quienes experimentan esta crisis de la masculinidad y en general, de toda la sociedad, aseguró la universitaria.
Asimismo, Niño Calixto dijo que los hombres son los únicos que pueden determinar el modelo de paternidad y masculinidad que seguirán sus hijos y entre ellos se encuentra el tradicional autoritario u otro, donde haya una transición a la participación activa.
Incluso un modelo nuevo, “donde papá ya colabora, por disposición y convicción, en áreas del quehacer doméstico, cuidado y crianza de los hijos”.
En este modelo, además habría una disminución de conflictos familiares y de competencia entre hombre y mujer, así como protección, entendimiento y reconocimiento de la autoridad del padre.
De igual manera, concluyó, los recursos que les inculcaron y que pareciera que han sido rebasados, deben entenderse como un sistema de pensamientos, enseñanzas, valores y creencias que pueden ser modificados y generar nuevos modelos a partir de la motivación al cambio, a fin de avanzar en una reconstrucción de lo masculino y lo que significa ser hombre, pareja y padre.
Con información de Proceso y UNAM