El atentado contra Charlie Hebdo significa la irrupción, en el corazón de Francia, de la guerra del Medio Oriente. Oponerse a la profanación de lugares y objetos sagrados, no justifica ningún crimen. El pensamiento reduccionista triunfa. Los fanáticos asesinos creen luchar contra los cruzados y los judíos; los islamófobos reducen lo árabe al islam y lo islámico al integrismo terrorista. La respuesta al miedo y a la descomposición es la manifestación de todos, de todos los grupos étnicos, religiones y coaliciones políticas
Edgar Morin* |Le Monde
Regeneración, 8 de enero de 2015. La formulación de François Holland es justa: «La Francia fue golpeada en el corazón». Fue golpeada en el corazón de su carácter laico y de su idea de libertad, precisamente con el ataque contra el semanario de irreverencia típica, que no respeta y se burla hasta de lo sagrado en todas sus formas, incluidas a las religiosas. El que la falta de respeto de Charlie Hebdo se sitúe en el nivel de la risa y el humor, da un carácter terriblemente estúpido al atentado. Nuestra emoción no debe paralizar nuestra razón, como nuestra razón no debe disminuir nuestra emoción.
Contradicción no insalvable
Hubo problemas desde el momento de la publicación de las caricaturas. ¿Hay que permitir la libertad de ofender la fe de los creyentes en el Islam al degradar la imagen del Profeta, o bien la libertad de expresión está por encima de cualquier otra consideración? Entonces manifiesto mi sentimiento de contradicción no insuperable, especialmente porque soy de los que se oponen a la profanación de lugares y objetos sagrados.
Pero bien entendido, esto no modera en nada mi horror y mi coraje por el ataque contra Charlie Hebdo.
Dicho esto, mi horror y mi rechazo no pueden ayudar a justificar el ataque vil. El atentado significa la irrupción, en el corazón de Francia, de la guerra del Medio Oriente, guerra civil y guerra internacional, donde Francia ha intervenido a la zaga de los Estados Unidos.
El ascenso del Daech (Estado Islámico, en árabe) es sin duda consecuencia de la radicalización y la pudrición de la guerra en Irak y en Siria, pero las intervenciones militares en Irak y Afganistán han contribuido a la descomposición de naciones étnica y religiosamente complejas como Siria e Irak.
Los Estados Unidos han sido aprendices de brujo y la coalición, diversa y sin fuerza real, que ellos conducen está condenada al fracaso, ya que no reúne a todos los países interesados; también porque establece como un objetivo de paz imposible la restauración de la unidad de Irak y de Siria. Es que la única salida pacífica real (actualmente inviable) sería una gran confederación de pueblos, grupos étnicos, religiones del Medio Oriente, bajo la garantía de la Organización de la Naciones Unidas; ese es el único antídoto contra el Califato del Daech.
Coincidencia
Francia está presente por su aviación, por los musulmanes franceses que parten a la Jihad, por musulmanes franceses que regresan de la Jihad, y ahora, ahora está claro que el Medio Oriente está presente en Francia por la actividad mortal que comenzó con el ataque contra Charlie Hebdo; de la misma manera que ya el conflicto palestino-israelí está presente en Francia.
Además, hay una coincidencia, que no es fortuita, entre el islamismo integrista asesino que acaba de presentarse y las obras islamófobas de Zemmour y Houellebecq, ellos mismos se convierten en síntomas de una virulencia agravada no sólo en Francia sino también Alemania, Suecia, de la islamofobia.
El miedo va a empeorar
El pensamiento reduccionista triunfa. No sólo los fanáticos asesinos creen luchar contra los cruzados y sus aliados, los judíos (los cruzados masacrados), pero los islamófobos reducen lo árabe a su propia creencia, el islam, lo islámico, lo reducen a lo islamista, lo islamista a lo integrista y el integrismo al terrorismo fundamentalista.
Este anti-islamismo se está volviendo cada vez más radical y obsesivo y tiende a estigmatizar a todo una población aún mayor en número que la población judía, que fue estigmatizada por el antisemitismo antes de la guerra y de Vichy.
El miedo va a empeorar para los franceses de origen cristiano, para aquellos de origen árabe, para aquellos de origen judío. Algunos se sienten amenazados por los otros y un proceso de descomposición está en marcha, a un grado tal, que podría ser determinante para la gran manifestación prevista para el sábado 10 enero, porque la respuesta a la descomposición es la manifestación de todos, incluyendo a todos los grupos étnicos, religiones y coaliciones políticas.
*Sociólogo y filósofo francés
(Traducción Regeneración)
«El amor es más fuerte que el odio»: Charlie Hebdo