Por lo menos 808 mil mdp de presupuesto federal fueron a parar a fideicomisos y aunque no se gastaron para lo que se etiquetaron, tampoco se regresaron.
Regeneración, 13 de mayo de 2018.- Miles de millones de pesos de los mexicanos, etiquetados para distintos propósitos son acumulados sin demostrarse, sin gastarse y sin regresarse a la Tesorería.
Se trata de por lo menos 808 mil millones de pesos (mdp), que fueron a parar a fideicomisos, figuras jurídicas utilizadas por las autoridades para repartir recursos federales, pero que al no estar debidamente reglamentadas, no cumplen con la lógica de rendición de cuentas que supuestamente rige a las dependencias federales.
Tan sólo este año, la Cámara de Diputados autorizó transferir 38 mil 315 mdp a fideicomisos, recursos que hasta marzo pasado registró disponibilidad de 808 mil 146.9 mdp.
Estos recursos, supuestamente son el resultado de la acumulación de distintos ejercicios fiscales y son para financiar proyectos multianuales. Sin embargo, la opacidad con la que se manejan ha permitido que sean utilizados para concentrar recursos y ejercerlos sin la fiscalización del Congreso.
Por ejemplo, el Fideicomiso del Sistema de Protección Social del Sector Salud, al tercer trimestre de este año, tenía recursos por 91 mil 673.5 millones de pesos, que equivalen al 75 por ciento de todo el presupuesto destinado al sector este año, que es de 122 mil 557.3 millones de pesos.
También es el caso del Fideicomiso para Administrar la Contraprestación del Artículo 16 de la Ley Aduanera, el cual, al 31 de marzo pasado, tenía una disponibilidad de 39 mil 155.8 millones de pesos, una cantidad superior en 48 por ciento a todo el presupuesto de la Secretaría de Hacienda, que para este año asciende a 26 mil 458.2 millones de pesos.
Otro fideicomiso que ha acumulado cuantiosos recursos es el E-México, creado en 2002 para promover el acceso a las nuevas tecnologías, el cual, a marzo pasado, tenía una disponibilidad de 8 mil 341.8 millones de pesos.
La opacidad de los fideicomisos ha sido señalada por la misma Auditoría Superior de la Federación (ASF), que consideró que la falta de estructura de esas figuras y la posibilidad de que los Comités estén integrados por privados, propicia la opacidad y la discrecionalidad de la administración de recursos.