Un investigación oficial revela que como secretaria del Departamento de Estado, vulneró la seguridad nacional al utilizar su correo personal. Presentamos las principales revelaciones del informe, que representan un golpe a su campaña presidencial por señalamientos de ser poco confiable y deshonesta: Clinton que continúa enfrentando la persistencia del senador Bernie Sanders hacia la nominación demócrata.
Regeneración, 26 de mayo de 2016. Hillary Clinton violó la seguridad del Departamento de Estado cuando encabezaba esa Secretaría al usar su correo electrónico privado para actividades oficiales, según concluyó hoy una investigación oficial.
Estas revelaciones representan un golpe a la campaña presidencial de Clinton y nutriendo la percepción pública de que es poco confiable y deshonesta.
Hoy el inspector general del Departamento de Estado entregó un informe al Congreso -filtrado a los medios- donde afirma que Clinton “tenía una obligación” de consultar con los encargados de seguridad del Departamento de Estado sobre si podía “usar su cuenta personal de correo electrónico para llevar a cabo tareas oficiales”, que no lo hizo, que nadie lo autorizó y que además, esos funcionarios “no aprobarían su dependencia exclusiva sobre una cuenta de correo electrónico personal para conducir tareas del Departamento”.
El informe inculpa Hillary Clinton y varios de sus principales colaboradores que se negaron a cooperar con la investigación.
El documento de 83 páginas, que fue dado a los legisladores y se filtró a la prensa, señaló los problemas sistémicos de los registros del Departamento de Estado, pero se concentró en Clinton, concluyendo que había violado las normas federales al usar su servidor de correo electrónico privado.
Además de crear otro dolor de cabeza para una campaña que ya están luchando para defenderse de una lucha enérgica del retador primaria demócrata Bernie Sanders, ya que mira hacia una batalla para las elecciones generales con Donald Trump, el informe proporciona nuevos detalles acerca de si el servidor privado fue autorizada y la preocupación por ataques de piratería.
El informe también concluye que ella violó regulaciones del Departamento al no entregar todos sus correos electrónicos antes de dejar el gobierno, y que utilizó indebidamente aparatos móviles no seguros para algunos de esos intercambios por correo electrónico.
Clinton mintió a la opinión pública
El principal problema es que Hillary Clinton, al inicio de su campaña, prometió que ella y su equipo cooperarían plenamente con las investigaciones en curso sobre el asunto, pero hoy se conoció que ni ella ni gente clave de su equipo accedieron a ser entrevistados por el inspector general.
Al mismo tiempo, el informe revela que Clinton ha cambiado más de una vez sus respuestas en el transcurso de estas investigaciones.
Algunos críticos defensores del principio de la transparencia oficial, afirman que el uso de correo electrónico privado por funcionarios públicos siempre es percibido como un esfuerzo para evadir toda solicitud, tanto de otras partes del gobierno como del público a través de la ley de “libertad de información”, de documentos públicos.
Otros especialistas cuestionan cuáles es la diferencias en lo que hizo Clinton con lo que han hecho Snowden y varios filtradores de información, acusados y perseguidos judicialmente por un manejo indebido de información oficial clasificada.
Este escándalo puede complicar el camino de Clinton a la Casa Blanca pues parte de la estrategia de Donald Trump y de los republicanos incluye enfatizar la falta de “confiabilidad” de Clinton y le agregan que no ha dicho la verdad.
Aunque los voceros de Hillary Clinton minimizan el informe pues el inspector general detectó fallas en los protocolos y regulaciones de ciber-seguridad del Departamento de Estado que necesitan modificarse, además de que otros funcionarios del Departamento de Estado hicieron lo mismo que Clinton.
El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, reconoció la filtración de las 83 páginas de auditoría sobre Clinton y aseguró que los responsables de la agencia encargada de la diplomacia estadunidense ignoraban el uso de un servidor privado por parte de la ahora aspirante presidencial.
Está claro que podríamos haber hecho un mejor trabajo almacenando datos de comunicaciones. Vamos a adoptar reformas”, explicó Toner, quien consideró que el incumplimiento de Clinton no implica violación de las leyes.
Toner también afirmó que no había prohibición expresa del uso de un servidor privado para las comunicaciones digitales cuando Clinton era secretaria de Estado y, por lo tanto, no hubo “violación de la ley”. y que otros secretarios y altos funcionarios de Estado hicieron cosas parecidas a la de ella.
A Clinton y a Trump más ciudadanos los rechazan que los apoyan
Clinton ya de por sí sufre de una percepción ampliamente negativa entre el electorado según las encuestas más recientes, y sólo tiene de consolación de que Trump es visto un tantito peor que ella. En la encuesta más reciente de CBS News/New York Times, un 64 por ciento de votantes empadronados opina que Clinton no es honesta ni confiable, con solo un 32 por ciento diciendo que sí (la cifra es casi idéntica para Trump).
De hecho, en esa misma encuesta Trump y Clinton comparten algo más: muchos más votantes (casi por dos a uno) los ven negativamente que favorablemente -el “rating” desfavorable de ambos es el más alto en las encuestas de CBS desde que primero se incluyó la pregunta en 1984.
Otra investigación del FBI contra Clinton sigue en curso
Mientras tanto, procede por separado la investigación de este asunto por el FBI, el cual está más enfocado sobre el posible envío de documentación o información oficial clasificada (incluyendo unos 22 correos que la CIA posteriormente consideró como “top secret”), y que continua preocupando a la campaña de Clinton ante la posibilidad de que se formulen cargos criminales contra ella (aunque pocos creen que llegará a eso) y/o contra sus más altos asesores.
Desde hace un año Clinton ha tenido que responder una y otra vez ante dudas sobre si violó la ley y vulneró material clasificado. El asunto ha perseguido y perjudicado a la favorita por la candidatura presidencial del Partido Demócrata.
(La Jornada, Agencias)