Por Jenaro Villamil | Homozapping
R. 15 de octubre de 2014.-El gobernador Carmelo Vargas está enfurecido. Acaba de aparecer en el noticiario de mayor audiencia en un videoescándalo, recibiendo dinero de un narcotraficante. La difusión de estas imágenes en el Corporativo Televisión Mexicana es una de las “cajas chinas” –estrategias para desviar la atención masiva- ante uno de los errores públicos del presidente de la República, presa de la burla en redes sociales.
Carmelo Vargas, un personaje folklórico que es una sátira múltiple de Mario Marín o de Ulises Ruiz, pero también de algunos gobernadores actuales como Rafael Moreno Valle, Javier Duarte, Miguel Angel Mancera, Manuel Velasco o hasta el guerrerense Angel Aguirre, decide ir con “el director” del Corporativo a “arreglar” el asunto con una maleta llena de dinero.
De acuerdo al guión de La Dictadura Perfecta, se produce el siguiente diálogo entre el “director” de la compañía televisiva y el gobernador:
-Para nuestros clientes de gobierno, como usted pretende ser, hemos desarrollado diferentes paquetes de asesoría y posicionamiento. Pero considerando sus problemas, lo que yo le recomiendo es empezar con el Plan Premium –afirma el funcionario televisivo, con un innegable parecido a Bernardo Gómez, vicepresidente actual de Televisa.
-¿Y en qué chingaos consiste el mentado plan ése? –pregunta el gobernador.
-A grandes rasgos, y para no confundirlo a usted con detalles, usted destina el 3 por ciento de las participaciones federales y el 50 por ciento del gasto de comunicación social a nuestra televisora, y nosotros le proporcionamos asesoría en comunicación e imagen, un paquete de spots en prime time y, lo más importante, manejo de crisis política…Tal cual y como la está, usted, teniendo ahora.
Como el siguiente fragmento, muchas otras partes del guión del director Luis Estrada y de Jaime Samprieto, que originalmente se llamaba La Verdad Sospechosa –registrado el 14 de diciembre de 2011 con el número 1548988- fue apoyado ese año por Videocine, la subsidiaria de Grupo Televisa dedicada a la industria cinematográfica.
La Verdad Sospechosa sólo cambió de nombre a La Dictadura Perfecta, pero el guión siguió siendo el mismo, afirma Luis Estrada, en entrevista con Proceso.
La película que se estrenará este 16 de octubre mantiene todas las secuencias que parodian el manejo de las “crisis” político-mediáticas más vistas en los últimos años, desde episodios que recuerdan al escándalo de la niña Paulette o el telemontaje de Florence Cassez, los videoescándalos de René Bejarano o hasta sucesos más recientes de detenciones de grandes capos del narcotráfico y gobernadores que, de pronto, se vuelven “héroes” en la pantalla. Todo gracias a la magia del “paquete Premium” que una poderosa televisora que “ya puso un presidente” firma con un gobernador emproblemado.
A pesar de que ya conocían este guión, directivos de Videocine decidieron retirarle el apoyo de los 20 millones de pesos originales a La Dictadura Perfecta. Las autoridades de la Secretaría de Gobernación le dieron una buena clasificación y se estrenará en 1,200 pantallas en el país.
Luis Estrada está inquieto. Teme que la sátira relatada en La Dictadura Perfecta repita los episodios de intento de censura o presiones que vivió con La Ley de Herodes, el filme que en 1999 retrató ácidamente a la política priista, en vísperas de la derrota electoral del 2000, o El Infierno, la cinta estrenada en el marco del Bicentenario del 2010 que ironizó la guerra contra el crimen organizado en el gobierno de Felipe Calderón.
La diferencia es que La Dictadura Perfecta no sólo incomoda a la clase política sino a sus socios de los medios masivos que aplican las fórmulas probadas ya con Enrique Peña Nieto para catapultar a un político hasta la presidencia de la República, a cambio de un millonario contrato cuyos detalles sólo se saben detrás de la pantalla.
Estrada considera que “lo mejor aún está por venir”. Para el director lo importante es responder a esta pregunta: “¿volverá la gente a ver igual las noticas después de esta película?”
La Fórmula Expuesta
“A lo mejor eso lo que más les preocupa de la película: que ya no pueden operar con la fórmula probada”, admite el director Luis Estrada.
-¿Exhibes el ‘nombre del juego’?
-Sí. Y se hace de una forma articulada. El punto es que son muy predecibles. Han ido aplicando esta misma fórmula
una y otra vez.
-¿Hay algún signo de que puedan tomar represalias?
-Por ahí está el rumor de que ‘los engañé’. Que les presenté una parodia y salí con un documental, cuando, en realidad, desde el principio estaba todo muy claro en el guión.
-¿Por qué sería incómoda La Dictadura Perfecta si muchos jóvenes, mucha gente ya se dio cuenta de cómo opera la televisión, en especial, Televisa y ya no les creen? –se le cuestiona.
-Porque estas críticas que usted menciona se da en una retroalimentación de los convencidos. Quienes emiten un tweet para criticar a Televisa se leen entre ellos y sólo tiene el poder de durar, cuando mucho, 10 minutos. De los movimientos, ahí está el #YoSoy132, donde algunos de sus líderes acabaron siendo comentaristas de Televisa. El caso de Antonio Atolini es una de las cosas más tristes porque se trataba de uno de los dirigentes más vistos y simbólicos.
“Aquí estamos hablando de una historia que puede verse. El cine sigue siendo un espectáculo popular. Tiene el magnetismo por sus actores, es un lenguaje visual muy atractivo”.
-¿Entonces aquí veremos si el cine sigue siendo un medio muy poderoso frente a la capacidad de manipulación televisiva?
-Cuando el cine es muy bueno es un arte y cuando quiere ser ideológico acaba siendo panfletario. La televisión es un aparato electrodoméstico que llega a millones de hogares, el cine aún no tiene ese poder. El círculo rojo en México se retroalimenta a sí mismo, pero la televisión llega a la gran mayoría de los 120 millones de mexicanos. La gente sigue estando pendiente del final de una telenovela.
-¿Por qué sería peligrosa entonces una película como ésta?
-Es peligrosa porque es didáctica, porque está articulando una serie de imágenes que la gente ha visto en la televisión.
-¿Por qué elegir el género de la sátira y no un documental donde se digan los nombres de manera explícita?
-Porque la gente se siente medianamente redimida frente a la sátira. Hay una especie de hartazgo social y la sátira es una pequeña venganza frente a los abusos.
“Cuando hice las anteriores películas pensé que ya el país había tocado fondo. Cuando Jaime (Samprieto) y yo hicimos La Ley de Herodes pensábamos que el país ya había tocado fondo. El cinismo rampante en esa época frente al Fobaproa, a los crímenes políticos. Mire qué ingenuos fuimos.
“La Dictadura Perfecta la escribimos en el 2011. En ese año, Peña Nieto no era ni el candidato oficial del PRI, pero ya era inevitable que llegaría a la presidencia de la República. Nosotros dijimos que no podíamos quedarnos en el relato de la historia de su ascenso porque es un modelo que ya probó eficacia y lo quieren repetir con otros gobernadores”.
-¿Entonces la novedad no era el ascenso de Peña Nieto sino el modelo que se repite?
-Así es. La novedad era describir el modelo de la televisión para replicar lo sucedido con Peña Nieto.
“Se supone que ya no podrían hacerlo porque hay leyes que lo prohíben. Lo único que hicieron fue sofisticar el modelo. En distintos estados se están financiando varias telenovelas para promover a los gobernadores. Están aplicando la misma fórmula de casarse con una actriz de la televisión.
“A lo mejor es lo que más les preocupa de la película: que ya no podrán operar con la fórmula probada porque quedan exhibidos”.
La Sombra de la Ley de Herodes y El Infierno
A Luis Estrada no se le olvida “lo siniestro” que fue el conflicto con La Ley de Herodes, en el ocaso del último sexenio priista. Se armó una crisis frente al intento de censura en el gobierno de Ernesto Zedillo. El entonces director del Instituto Mexicano de Cinematografía, Eduardo Amerena, fue obligado a renunciar en diciembre de 1999. Amerena acusó a Estrada de cambiar el final de la historia porque el personaje principal, interpretado también por Damián Alcázar, en lugar de recibir un castigo por sus fechorías quedó impune.
El titular de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa afirmó frente al affaire de La Ley de Herodes que “todo se suscitó porque las autoridades del área cinematográfica ni leyeron el guión adecuadamente ni vieron la película hasta que estaba lista. Cuando la vieron se espantaron, se sintieron con una papa caliente y tomaron la decisión errática de no proyectarla” (Reforma, 3-12-2000).
En aquella época, hubo rumores de todo tipo entre los columnistas oficiosos: que el PAN estuvo detrás de la película, que el propio Carlos Salinas la apoyó, entre otros muchos dichos. La película fue un éxito. Tanto, que gente cercana a Emilio Azcárraga Jean afirman que La Ley de Herodes es una de sus cintas favoritas del presidente de Grupo Televisa.
Dos años después de su renuncia, Amerena dio una entrevista a Reforma donde responsabilizó directamente a Tovar y de Teresa. “Dijo que era una película proselitista, que atacaba al PRI y al sistema, y que por ello no merecía ser exhibida en esos términos”, afirmó.
Paradójicamente, Tovar y de Teresa vuelve a estar al frente del Conaculta, como hace 15 años. La diferencia es que ahora ya no pudieron frenar la distribución y promoción de la película.
Durante el gobierno de Vicente Fox, Estrada filmó El Mundo Maravilloso que era una parodia también de Foxilandia.
A las dos semanas de ser estrenada fue retirada por la distribuida Twenty Century Fox. No hubo intentos explícitos por censurarla. El entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel, recomendó que se le aplicara “la ley del hielo”. Ni la vieron ni la oyeron.
El Infierno incomodó mucho al gobierno de Felipe Calderón. Se exhibió en el momento de la celebración del Bicentenario. Estrada fue apoyado por IMCINE, Conaculta y el Gobierno del Distrito Federal. El relato descarnado de la complicidad entre los políticos y el narcotráfico impactó a las audiencias, pero, paradójicamente, emergió
El Cochiloco (interpretado por Joaquín Cosío) como uno de los personajes más entrañables.
Estrada recuerda que intentaron frenarla por presunta violación a la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, pero no pudieron. La única referencia explícita de Felipe Calderón a la película fue durante una entrevista con Denisse Mercker. Seco, el entonces presidente afirmó que no la había visto, pero criticó a los “malos mexicanos” que no se suman a la lucha del gobierno contra el crimen organizado.
-¿Ve algún paralelismo entre lo sucedido con La ley de Herodes, El Infierno y ahora con La Dictadura Perfecta?
-Estoy viendo el paralelismo de un sistema político calificado por Mario Vargas Llosa como “la dictadura perfecta” en el siglo XX y el de ahora, en el siglo XXI. Otra vez vuelve a surgir el rumor de que “los engañé” con el guión.
“Lo más interesante, sin embargo, está por venir. ¿La gente va a ver igual las noticias después de esta película? Esa es mi pregunta”.