“Si Maru está al pie del cañón se puede, siempre se puede ir hacia adelante». Recordamos su concierto ‘Decir amigo…’, del 14 de febrero de 2015. En honor a la cantante y locutora Maru Enríquez, quien murió el pasado 2 de febrero.
Por Alexandro Guerrero
RegeneraciónMx, 14 de febrero de 2022.- Escuché a La Nopalera desde tiempos en la Escuela Nacional Preparatoria #8 de la UNAM en el 92. Ese proyecto era legendario ya para los años noventa, tiempo en el que ubicaba la cronología de toda esa música y todo proyecto más allá del mainstream que se gestó en México en los años 70s. La nopalera fue trascendental para la música latinoamericana, más allá de booms, imposiciones de la industria y similares, el nombre de Maru Enríquez y su voz, me sonaron y resonaron constantes al paso de los años, una figura auténtica.
Fue muchos años después, en 2014, que: La charla sin fin, programa de radio que se transmitía los lunes a las 20:00 hrs por la radio en línea de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México: Código /CDMX donde conocí a Maru Enríquez tras un intercambio (diría ella, de estampitas). Me regaló su disco YMIVOZQUEMADURA, me impresionó cómo hacía frente a la situación física, a la recuperación por la que atravesaba y que su voz, su registro pleno como cantante y locutora ante el micrófono fuera tan diáfano y poderoso.
En su programa de radio: “Cambia, todo cambia, pero la esencia se conserva en La charla sin fin.” Aquel 2014, durante una hora en la cabina de al fondo, en la anterior ubicación de la emisora frente a La bombilla, en el sur de la Ciudad de México, fuimos felices. Era puro disfrute compartir con ella.
Amigas y amigos en común, de antes y que fueron apareciendo de ese tiempo a esta parte. Complicidades se fueron tejiendo, algunas veces para apoyar y colaborar con Maru Enríquez, un ejemplo siempre.
Aquél concierto: Decir amigo… el 14 de febrero de 2015 en el Centro Cultural Coyoacanense, orquestando Salomé Mendoza con la convicción, el amor y la lucha persé con cátedra de solidaridad de siempre, ahí mismo René ‘Bluesboy’ García, su harmónica delirante (el secreto mejor guardado del blues mexicano).
Un impresionante personaje de esa noche de hace ya 7 el Maestro: Charly Badillo, compañero de Maru Enríquez, siempre a su lado en la guitarra, en la lucha del día a día. Existe ese nivel de amor señoras y señores: Se necesita luz.
Atentos estuvimos en épocas recientes y pandémicas de Maru como se podía. Que si la vacuna, que si las nuevas emisiones en esa misma estación en línea. Al leerla en Facebook, se detonaba un automático: “Si Maru Enríquez está al pie del cañón se puede, siempre se puede ir hacia adelante. En algún momento recibí sus consejos previos a la muerte de mi madre, y así, seguimos cambiando estampitas hasta el 2 de febrero de la semana pasada en que Maru, después de tanto cantarlo como en aquellos versos aquí citados de Xavier Villaurrutia, hechos canción por el gran Jaime López, nos dejó un encargo: “No me despiertes”.
Amigos de otros tiempos, siempre en los vórtex y en lo tupido como Gabriel Pascual; actor, director y maestro del teatro que se hace desde la entraña, al yo solicitar algunas líneas para este texto como a otros amigos que comprensiblemente no han dado testimonio por lo reciente , porque el Silencio, silencio nos sacude y no hay palabras. Gabo Pascual escribió: “Cómo no recordar a nuestra querida Maru Enríquez. Siempre estará en nuestra memoria por su calidez humana, transmitida por su voz. No hay una sola interpretación de ella que desmerezca, pero en especial la que más me gusta es: La catrina, escrita por el poeta Eduardo Langagne especialmente para ella. La recordamos al lado de su inseparable Charly Badillo, quien siempre estuvo con ella”.
Amiga muy querida del inmenso Silvio Rodríguez, siempre buscó también apoyarla, darle aliento desde la isla.
Gracias Maru Enríquez, gracias maestro Charly Badillo. Aquí pura melancolía sin tristeza y sí, despertar es morir amiga. Se hace la luz apagando la luz.
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