Los hackers se aprovechan de esa moderna necesidad que tenemos de estar permanentemente conectados y desarrollan estrategias para observar todo lo que hacemos en redes públicas.
Regeneración, 11 de marzo 2014.-Los «hotspots» -puntos de acceso públicos a internet- son las redes presentes en bares, restaurantes, edificios públicos y hasta en parques y plazas. Algunos piden contraseña, otros no, pero casi todos ellos son susceptibles a que los hackers ingresen y se apoderen de lo que uno hace conectado a esos puntos.
Mediante estos ataques, los hackers acceden a los datos ingresados cuando la gente se comunica con un banco, hace compras a través de Internet o ingresa a las redes sociales.
Los atacantes no usan técnicas novedosas, sino que se basan en métodos conocidos para engañar a aquellos que se conectan a un punto de acceso que, superficialmente, se asemeja a los que se observan en los cafés y restaurantes y otros espacios públicos.
Además muchas veces las redes recuerdan los «hotspots» a los que nos conectamos y nos vuelven a conectar automáticamente la vez siguiente que pasemos por allí, sin que nos demos cuenta e incluso sin que saquemos el teléfono de nuestro bolsillo.
Pero incluso los que nos resultan conocidos pueden no ser seguros. La red puede conectarse a una red maliciosa con nombre y contraseña idénticos a los que conocemos, pero hecha por hackers. Es lo que se conoce como «ataque gemelo malvado».
¿Qué hacer?
Aunque ninguna precacución es 100% segura, ser más conscientes de nuestro comportamiento cuando estamos conectados a una wi-fi pública puede evitarnos ataques indeseados. Algunos consejos:
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