Si sembráramos más árboles, no dejáramos que crecieran tanto las zonas con asfalto y se limpiaran los drenajes, se evitarían las inundaciones, dice David K. Adams.
Regeneración, 1 de septiembre de 2017.- David K. Adams, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, dijo que las lluvias de las últimas horas en la Ciudad de México han sido intensas, pero aún están dentro del rango normal.
“Climatológicamente, las actuales lluvias en el país son normales, pues la temporada comienza en mayo, generalmente con precipitaciones intensas, incluso con granizo. Continúan en junio y julio, y a mediados de julio y en agosto reducen su frecuencia durante la canícula (periodo más caluroso del año), aunque la intensidad es variable. Así que son lluvias fuertes, pero no anormales”.
Además, dijo que, a finales de agosto, las lluvias vuelven en esta zona del país y en ese mismo periodo pueden ser muy intensas, como las que se registran últimamente.
El investigador de la UNAM señaló que las inundaciones hablan mucho del modo de vida y la infraestructura de la ciudad y la zona conurbada y que factores como llenar el drenaje de basura, y el exceso de cemento son los causantes.
“Si sembráramos más árboles, no dejáramos que crecieran tanto las zonas con asfalto y se limpiaran los drenajes, se evitarían”.
Asimismo, explicó que un monzón en la zona de la India, es decir, un viento estacional que se genera cuando en verano los vientos soplan de sur a norte, cargados de lluvias está afectando las condiciones climáticas a nivel mundial.
Sobre el calentamiento global, dijo que “en el planeta, la tendencia es de lluvias más intensas, aunque no necesariamente más frecuentes”.
Explicó que la atmósfera se calienta y aumenta su capacidad para retener agua, así que hace falta un mecanismo para sacarla, y ese puede ser un huracán o un frente.
Sin embargo, reconoció que aún falta más estadísticas y se necesitará al menos una década de datos continuos para comprobar los datos de los efectos del calentamiento global pero alertó que “Si calentamos el mar y la atmósfera, lo más obvio es que habrá más vapor de agua; entonces, si llueve es muy probable que las lluvias sean más intensas por la inestabilidad que estamos creando”.
Con información de El Universal