MORENA es la culminación de ese movimiento de resistencia que ha pasado de la defensa del voto a la indignación frente al poder autoritario y la lucha por conservar el patrimonio nacional.
La diferencia entre el México en el que vivimos y el que queremos, radica en las acciones que tomemos colectivamente.
Nos aceptamos porque confiamos en los demás, en su palabra. Nos escuchamos al escucharlos.
MORENA es una palabra que surge en el corazón, que se alimenta en la memoria, que se pronuncia con alegría pues representa la intención más luminosa de una comunidad. Un movimiento que trabaja para mantener principios y esperanzas.
Esa fuerza que MORENA representa radica en el espíritu del grupo, es de hecho su verdadero nombre y su definición más pura.
Cuando la palabra es secuestrada por el caos, la verdad se colapsa y en su lugar se apoltrona la mentira: palabra traicionada, palabra muerta. Del Caos se engendra siempre la destrucción pero surge también la oportunidad de cambio. La maravillosa opción de renacer y volver a empezar. La generación de un nuevo espíritu.
La esperanza saca lo mejor de nosotros mismos. Es además un escudo óptimo contra la mentira y la deformidad del poder autoritario.
La esperanza de la transformación nos hace sentir que nuestro verdadero nombre regresa al primer plano, que la palabra resucita y retoma su poder de ser verdad.
Sin embargo, cuando los poderes mentirosos perciben este renacimiento concentran todo su esfuerzo en la intención deliberada de destruirlo.
Lo que los gobernantes ignoran es que la palabra no muere. Su esencia sigue latente en los vivos que la buscan con sinceridad, que la retoman, que la pronuncian y la comparten de boca en boca como si de un beso se tratara.
En MORENA se recogen los ecos, los murmullos, los cantos, las risas de los caídos en una causa justa y los convierten en Historia viva que nos da respaldo, emoción y fuerza para seguir adelante.
En ella se agrupan los testimonios de todos aquellos que han trabajado en la construcción de un Proyecto Alternativo de Nación. En ella, la Historia vuelve a ofrecernos la oportunidad de recuperar la Palabra, de recuperar México.
Tres de nuestros compañeros no llegaron a ver el surgimiento de MORENA que participaron activamente en la consolidación de este movimiento: Javier Wimer, Bolívar Echeverría y Carlos Monsiváis.
Cuando decimos MORENA decimos hermano; decimos río, decimos pueblo, decimos árbol, decimos lluvia, decimos maíz, decimos paz, decimos frijol, decimos flor de calabaza, decimos sol, decimos luna, decimos viento, decimos canto, decimos abuelos, decimos hijos, decimos vida.
Vida renovada. Vida digna. Vida dichosa. Vida compartida en libertad. Viva MORENA