Norberto Rivera crítica legalización de mariguana medicinal

La Arquidiócesis de México alertó que aunque se aprobó el uso de la mariguana medicinal, el gobierno aún no está preparado para frenar la corrupción e impunidad que generará esa industria, la cual, dijo, podría ser un lucrativo negocio del mercado negro.

Regeneración, 3 de julio de 2017.-La Arquidiócesis de México dijo que el gobierno aún no está preparado para frenar la corrupción en el comercio de la mariguana con fines medicinales, lo cual podría generar más adictos.

«Si bien esta aplicación médica exige los más estrictos controles para su administración en personas con enfermedades crónicas y terminales, México aún no está preparado para impedir que la corrupción e impunidad del comercio ilegal en el mercado negro hagan de esta veta un lucrativo negocio», criticó la Arquidiócesis en el editorial del semanario Desde la fe, titulado Enfermo y Violento.

Cuestionó que el gobierno de México considere aplicar políticas paliativas como la legalización de las drogas, lo cual, aseguró, abre las «puertas a las adicciones para dejar descubiertos frentes importantes relacionados con la seguridad de millones de mexicanos».

Aseguró que la política de prevención contra las drogas ha fallado, pues, dijo, se ha incrementado el número de consumidores, así como el número de muertes violentas durante esta administración.

«Hay más de 90 mil muertos por la guerra contra el narcotráfico y al combate de la violencia. Los hechos exhiben, de forma contundente, los gravísimos problemas que las autoridades pretenden resolver, a la manera de dar una aspirina al paciente en estado terminal, a través de la legalización de drogas», agregó.

Dijo que las acciones del gobierno han puesto en riesgo el fortalecimiento de la familia y ha permitido el surgimiento de modelos extraños, «dinamitando esta institución fundamental que en gran medida es una escuela de prevención de las adicciones».

Afirmó que sin políticas responsables, el combate contra las drogas será reducido a medidas represivas que sólo incrementarán el número de adictos. «En nuestro triste horizonte se asoma un país enfermo y violento», dijo.

Las últimas cifras de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016, presentadas por la Secretaría de Salud federal, dieron cuenta del alarmante incremento del uso de drogas ilegales entre jóvenes, el cual se duplicó en los últimos cinco años; de esta manera, 8.4 millones de personas han experimentado el consumo de sustancias ilegales, particularmente de la mariguana. El informe destaca también cómo el abuso de drogas se agrava tanto en hombres como en mujeres.

De acuerdo con la encuesta, de los 8.4 millones de personas referidas, 6.5 millones son hombres consumidores, en comparación con la última medición de 2011 en la que eran 4.8 millones; es decir, un incremento del 25 por ciento. En cuanto a las mujeres, 1.9 millones han usado drogas, comparado con las 926 mil que se reportaron en 2011, elevándose la cifra hasta el 105 por ciento.

Los jóvenes también registran altos índices. Los números que encienden las alarmas dicen que en 2016 hubo 888 mil 800 jóvenes, de 12 a 17 años, que experimentaron con drogas. Entre las sustancias más populares están la mariguana, las anfetaminas, las metanfetaminas y el éxtasis, las últimas consideradas como sintéticas.

La arquidiócesis dijo que el decreto del 19 de junio pasado fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones del Código Penal Federal y la Ley General de Salud para el uso medicinal de la mariguana –primer paso de los defensores de la cannabis en su liberación total– a fin de impedir la penalización por el uso lúdico y consumo personal, permitiendo su cultivo y comercialización.

Además la arquidiócesis, encabezada por el cardenal Norberto Rivera, dijo que las políticas de prevención en el consumo de drogas “demuestran un fallo” y argumentó que el problema ha proliferado por la falta de valores.

También hizo un llamado para desarrollar medidas eficaces en contra de las adicciones, “mientras no haya buenas directrices promovidas desde las instancias políticas responsables, el combate sólo será traducido en medidas represivas y acciones legislativas que incrementarán el número de adictos que, con el paso de los años, representarán un grave problema de salud y de asistencia social que no sabremos cómo resolver. En nuestro triste horizonte se asoma un país enfermo y violento”.

Con información de: El Universal  y Desde la Fe