Para conseguir la Cuarta Transformación que tanto desea el presidente Andrés Manuel López Obrador es necesario reformar las estrategias pedagógicas y el contenido académico que los infantes cursan durante sus años escolares. Los adultos ya estamos demasiado corrompidos.
Por Isaac Tapia Martínez, PhD
RegeneraciónMx, 08 de marzo de 2022.- En un mundo inevitablemente cambiante, las transformaciones son las peculiaridades y períodos principales que distinguen las transiciones nuevas y emergentes identidades culturales, sociales, económicas, políticas e ideológicas que las transformaciones producen.
Hoy, México se encuentra en lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha denominado como la Cuarta Transformación. De acuerdo a el presidente López Obrador el país ha transitado por tres importantes y determinantes transformaciones, siendo la primera transformación la Guerra de Independencia, secundada por la segunda transformación, la cual fue la Guerra de Reforma y seguida por la Revolución Mexicana, identificada como la tercera transformación.
El actual mandatario mexicano argumenta, con justificación moral y ética, la necesidad de una transformación en el país. El presidente Andrés Manuel López Obrador argumenta la necesidad de una cuarta transformación en la cual se intenta separar la viciosa y adictiva asociación entre el poder político y el poder económico. Una transformación que les dé una voz justa y necesaria a las mayorías. Una transformación que combata las inequidades y corrupción que imperan y causan tantas aberraciones sociales. Una transformación que eche andar nuevamente al máximo la maquinaria productiva del país.
El argumento del presidente Andrés Manuel López Obrador de la necesidad de una profunda e integral transformación pudiese ser justificada no sólo por la injusta realidad de millones de mexicanos y sobre todo por la inmoral y no ética realidad de un pequeño grupo de élite económico y político, toscamente favorecido de un sistema político y económicamente corrompido.
De igual manera, una transformación pudiese ser comprendida, ya que una sociedad que no está en un permanente estado de cambio, evolución y transformación, está sentenciada a cometer los mismos errores y a repetir su nefasta historia. Generalmente dichas sociedades tienden a replicar los mismos errores y atrocidades del pasado, ya que su naturaleza existencial no evolucionada hacia lo colectivo tiende a ideológicamente orientarlo al declive moral y ético, lo cual habitualmente culmina en injusticias, inequidades u otras expresiones sociológicas inspiradas y estimuladas en el beneficio individual sobre el beneficio colectivo. He ahí, de la repercusión del tener una ideología orientada a lo individual o a lo colectivo.
El referente psicólogo en el campo de los procesos mentales, Jean Piaget argumenta que hay cuatro etapas cognitivas de desarrollo mental en las cuales se forma la identidad e ideología del individuo primordialmente basadas en percepciones orientadas a lo personal y al entendimiento único del individuo.
Por otro lado, el también referente psicólogo Lev Vygotsky argumenta que el desarrollo cognitivo es crucialmente influenciado por el contexto sociocultural y la interacción con otros individuos durante el desarrollo de las etapas cognitivas.
De cierta manera, Piaget enfatizaba más el rol de la individualidad y la percepción particular del individuo en el desarrollo cognitivo y Vygotsky, en que el contexto social y la interacción con otros son factores determinantes en el desarrollo cognitivo. El si influye el contexto social y la interacción con otros o no durante las etapas de desarrollo cognitivo es un tema de debate teórico que aún divide opiniones entre los más técnicos y versados en el campo de la sociología y la psicología.
Entre transformaciones políticas, económicas y sociales, es fundamental el determinar el alcance de dichas transformaciones al corto o largo plazo. La cuarta transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador está fundamentalmente orientada a dar resultados trascendentales al largo plazo con rasgos visuales y perceptivos de corto plazo. La efectividad de la cuarta transformación al largo plazo sólo podrá ser lograda si la ideología de la sociedad es igualmente transformada.
Erradamente, el típico comportamiento individual o colectivo tiende a sólo ser cuestionado, revaluado y reformado en instancias de desgracia, tragedia y excepcionalmente en instancias de concientización a través del razonamiento crítico. En pocas palabras, una vez que el individuo ha pasado por las etapas de desarrollo cognitivo y ha formado una ideología, se torna considerablemente complicado el reacondicionamiento de la ya desarrollada y apropiada ideología.
Para garantizar la sostenibilidad de la cuarta transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador, se necesitan de igual manera cuatro transformaciones socio-cognitivas. La primera transformación socio-cognitiva está basada en el reconocimiento de un problema en la sociedad y en el entendimiento de los alcances del problema identificado. Esta etapa está, en su gran mayoría, basada en la percepción de la realidad del individuo donde el énfasis es puesto en los posibles acuerdos de interpretaciones o soluciones a dichos problemas. Este debe ser un ejercicio meramente espontaneo y orgánicamente facilitado.
Es crucial el entender que una vez que la identidad ideológica de un individuo es desarrollada, dicha identidad ideológica es apropiada por el individuo, lo cual tiende a resultar en una resistencia al cambio. Una identidad ideológica orientada a lo individual, naturalmente, estará predispuesta a resistirse al cambio voluntario. Mientras el individuo se encuentre en su zona de confort, transformaciones ideológicas a través de una concientización critica serán casi inalcanzables.
¿Cómo lograr la Cuarta Transformación?
En esencia, la primera transformación socio-cognitiva es el reconocimiento y validación del problema identificado. Sin embargo, el reconocimiento y validación del problema es subjetivo ya que cada individuo posee y asume una identidad e ideológica propia. Es de asumirse que individuos privilegiados e individuos oprimidos tendrán una tendencia predecible a estar en desacuerdo. Los acuerdos y desacuerdos en el proceso de reconocimiento y validación de un problema en la sociedad necesitarán que ser negociados y transitados a la segunda transformación socio-cognitiva.
En la segunda transformación socio-cognitiva los acuerdos alcanzados tendrán que ser formalizados y eso facilitará la oportunidad de desarrollar planes estratégicos orientados a la solución de dichos acuerdos. Una vez concluida esta etapa, los planes estratégicos podrán ser transitados a la tercera transformación socio-cognitiva. Los desacuerdos en la interpretación y validez de problemas en la sociedad identificados por algunos individuos en la primera etapa socio-cognitiva tendrán que ser críticamente analizados por todos los involucrados directamente e indirectamente con la intención de determinar si dichos desacuerdos están fundados en una ideología orientada a lo individual o a lo colectivo.
En esencia este será un ejercicio meramente analítico y crítico. Una vez que se ha determinado si los desacuerdos están fundados en una ideología individual o colectiva, un orden democrático tendrá que determinar la validez de los desacuerdos y resolver cuáles desacuerdos son desechados y cuales son validados y transitados como compromisos a la tercera transformación socio-cognitiva.
En la tercera trasformación socio-cognitiva, atribuciones y responsabilidades serán democráticamente asignadas y designadas para la implementación de los planes estratégicos que intentarán dar solución a los problemas y compromisos ya validados en la segunda transformación socio-cognitiva. Durante esta etapa, todos los involucrados en los planes estratégicos y los afectados, directa o indirectamente, por dichos problemas tendrán que trabajar en conjunto y lo más importante es que tendrán que apoyarse los unos a los otros.
Este será un ejercicio de solidaridad meramente voluntario. Durante esta transformación socio-cognitiva se revalúa constantemente la efectividad de los planes estratégicos incorporados, y se establecerá democráticamente su continuidad o revaluación de estrategia. Durante esta etapa el bien colectivo supera al bien individual y es visible una ideología predominantemente orientada a lo colectivo y no a lo individual. Los éxitos y enseñanzas obtenidos en la tercera etapa son transitados a la cuarta y última transformación sociocognitiva.
La cuarta transformación socio-cognitiva es la etapa más crucial ya que es la que determina la sostenibilidad o retroceso de las transformaciones socio-cognitivas. Durante esta etapa, el material didáctico es desarrollado, distribuido e incorporado a las nuevas generaciones, especialmente en los infantes que aún no han desarrollado en su totalidad su identidad ideológica. Esta etapa habilita a la comunidad a desarrollar una identidad ideológica orientada a lo colectivo y no a lo individual. La cuarta transformación sociocognitiva es, en esencia, la constante reinvención de una sociedad con principios basados en la ética, en la igualdad, en la honestidad y en la trascendencia colectiva a través de un sistema educativo que fungirá como el factor más significativo en el proceso de formación ideológica. Este es un ejercicio de celebración colectiva y de justicia social.
En este momento en el que el presidente Andrés Manuel López Obrador incorpora su Cuarta Transformación de la vida política y publica, la sostenibilidad de dicha trasformación no sólo no está garantizada, sino también está basada en acciones orientadas a dar resultados al largo plazo, por lo menos en los problemas que más afectan al país, como la desigualdad, la injusticia y la corrupción.
Ha habido aciertos y aprendizajes en estos tres años de la incorporación de la Carta Transformación, mas el problema no ha sido atacado de fondo. El sistema actual educativo no tiene como objetivo principal el desarrollo de una identidad o ideología orientada a lo colectivo. El sistema actual educativo funge primordialmente como un distribuidor de historia selectivamente orientada a la reproducción de las masas. Más que ser necesario, urge la necesidad de reformar en casi su totalidad el sistema educativo a través de la incorporación de contenido académico y practicas pedagógicas que promuevan y estimulen el pensamiento crítico y que aboguen por la distribución justa y honesta de los bienes que produce la nación.
Empezando por los niños
Celebro las iniciativas y buenas intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador de intentar transformar la vida política y publica del país, mas de buenas iniciativas e intenciones sociales y políticas no se puede transformar ideológicamente a una sociedad. Sin duda alguna ha habido cambios importantes que han beneficiado a un sector de la sociedad históricamente oprimido y despreciado por las elites político-económicas que en esencia son quienes controlan el país, o por lo menos toman arbitrariamente decisiones que usualmente perjudican a los más pobres del país.
Sin embargo, los problemas, injusticias, inequidades y desigualdades, entre otras muchas afectaciones que padece el país y su gente, son generacionales y no podrán ser resueltas o radicadas con mandatos o acciones políticas. Sin un reinventamiento ideológico a través de una serie de transformaciones socio-cognitivas secuenciales, la Cuarta Transformación del presidente López Obrador no alcanza la sostenibilidad y permanencia que el país tanto necesita. El camaleón se teñirá de los colores de la Cuarta Transformación, mientras que el presidente López Obrador siga al cargo, mas una vez que su ciclo termine, el camaleón se ajustará a los nuevos colores que precedan al mandatario.
Esta no es una crítica a las intenciones de la Cuarta Transformación, mas es una solicitud de cambio de énfasis con la intención de evitar la casi predecible extinción de las políticas dominantes y sobresalientes de la Cuarta Transformación del presidente López Obrador.
Si lo que se desea es una transformación sostenible, entonces se tendrá que reformar las estrategias pedagógicas y el contenido académico que los infantes cursan durante sus años escolares. La única solución verdadera y sostenible de un cambio ideológico permanente de lo individual a lo colectivo y a lo justo sólo puede ocurrir con la niñez que aun no ha sido corrompida por el sistema, y que aún no ha atravesado por las etapas cognitivas de desarrollo mental.
El renacimiento social y político que la cuarta transformación del presidente López Obrador intenta obtener solo podrá ser obtenido en su totalidad generacionalmente, y se tendrá que empezar con los niños, ya que los adultos estamos demasiado corrompidos para sacrificar nuestros beneficios individuales por beneficios colectivos.
El adulto ya está corrompido y pretenderá tener una ideología colectiva en público porque es lo políticamente correcto, mas en lo privado se dirá a sí mismo que mientras él o ella no sean afectados por los cambios orientados a lo colectivo, fungirán como doble agentes en el cotidiano contexto social. Eso son en esencia los adultos en la sociedad, doble agentes, que en lo público dicen lo políticamente correcto mas en la obscuridad de su privacidad defenderán su ya corrompida identidad ideológica.
¿Al final del día, el espejo no miente y revela quienes somos en verdad, o acaso un espejo también puede ser engañado? ¿Talvez esa sea la razón por la cual limitamos nuestra interacción con los espejos? O quizá los espejos nos juzgan sin tener derecho a hacerlo, pero es en realidad el espejo el juzgador, o nuestro subconsciente que no puede ser comprado ya que no existe nada lo suficientemente valioso para que se preste a actos de corrupción. La pregunta obligada a través de los argumentos presentados en este ensayo es: ¿Podremos confiar en que los adultos ya corrompidos ideológicamente concreten la cuarta transformación, o nos enfocamos en los infantes que aún no han sido ideológicamente corrompidos?