A la reunión llegó todo el gabinete, el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, el líder del Partido Verde, Jorge Emilio González, el líder nacional del PRI Enrique Ochoa, Alfredo del Mazo y el gobernador Eruviel Ávila. Peña Nieto llegó cerca de las 11 de la noche.
Regeneración, 07 junio 2017.- El domingo pasado, día del proceso electoral en el Estado de México, originó un clímax de tensión que vivieron hasta los secretarios de Estado y Enrique Peña Nieto al aislarse en su casa en Ixtapan de la Sal.
Peña Nieto regresó a Los Pinos hasta entrada la noche del domingo, con su gabinete, los coordinadores parlamentarios del PRI y dirigentes del Partido Verde, los primeros datos preliminares oficiales del órgano electoral mexiquense. Personas que acudieron a la cita en el salón Venustiano Carranza de la casa presidencial, describieron la tensión que se vivió ante los datos de las encuestas de salida que perfilaban una contienda muy cerrada, con probabilidades de derrota. Demasiado esfuerzo y recursos invertidos en el proceso, ¿para nada?, describe Raymundo Riva Palacio en su artículo “Encerrona en Los Pinos”.
Asegura que a la reunión llegó todo el gabinete, menos el secretario de Agricultura, José Calzada. “También asistieron el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, junto con el líder del Partido Verde, Jorge Emilio González, el niño verde. Peña Nieto llegó cerca de las 11 de la noche, cuando se alistaba el IEEM a difundir su conteo rápido. Cuando se anunció que la tendencia de voto favorecía a Del Mazo, el salón Venustiano Carranza se inundó de satisfacción, pero sobre todo se oyó la exhalación de alivio de respiración contenida.”
Refiere que no hubo excesos en la celebración, porque, de acuerdo con algunos presentes, el propio presidente lo impidió. “Es un gran resultado, dijo Peña Nieto a los pequeños grupos que se repartieron por el salón. Pero no hay que caer en la arrogancia, enfatizó. Casi a las seis de la mañana del lunes terminó la encerrona. La razón de ello son las dudas sobre la influencia que pudieran tener algunos colaboradores de Peña Nieto en la interpretación del resultado en el Estado de México, que podrían convencerlo de que la victoria es un referéndum a lo que está haciendo. El triunfalismo, sin embargo, sería un error del presidente. Ganó Del Mazo, pero perdió el PRI. Retendrán el gobierno, pero el priismo de Peña Nieto sufrió una gran herida”.
El texto describe que el hecho de que el PREP, con poco más de 97% de las actas contabilizadas le dé una ventaja de 2.9% a Del Mazo sobre la candidata de Morena, Delfina Gómez, no revela lo que sucedió el domingo. “La movilización del voto, la participación del gabinete en pleno, de varios gobernadores, incluidos no priistas trabajando a favor de Peña Nieto, y la presión y amenazas para que el candidato del PRD, Juan Zepeda, no declinara a favor de Gómez, no fueron suficientes para que el voto priista le diera la victoria a su candidato. Del Mazo obtuvo 57 mil votos menos de los que logró Gómez. Sólo el sacrificio.”
Asegura que hubo prudencia en Peña Nieto, y que se reflejaba en la actitud de varios miembros del gabinete que participaron directamente en el proceso mexiquense, Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Urbano y Territorial, a quien la llamó repetidamente “coordinadora” Peña Nieto, por el papel que jugó como la responsable federal en las elecciones. Robles no dejaba de observar las pantallas con el PREP. Otro asistente a la encerrona, el líder del PRI, Enrique Ochoa.
Del Mazo llegó a las tres de la mañana a Los Pinos, en compañía del gobernador Eruviel Ávila, “Del Mazo parecía entender bien la realidad de la elección, no había triunfalismo en su actitud, sino prudencia. Esto mismo es lo que se notó en el actuar de Peña Nieto.
Con información de El Financiero