La desaparición de los 43 estudiantes en Iguala, Guerrero y el estancamiento de la economía mexicana han pasado factura a la popularidad de Peña Nieto
Regeneración, 5 de marzo de 2015.-Enrique Peña Nieto visitó el jueves Aberdeen, capital petrolera británica y europea, para finalizar una visita al Reino Unido, donde fue cuestionado por las violaciones de los derechos humanos en México
La despedida de la reina Isabel II en el palacio de Buckingham, donde Peña y su esposa Angélica Rivera se hospedaron desde el martes, marcó formalmente el final de la visita de Estado, un privilegio que disfrutan sólo dos jefes de Estado cada año.
Luego viajó a Aberdeen, una pequeña ciudad de 225.000 personas en el extremo noreste de Gran Bretaña que vive por y del petróleo.
Ahí se reunió con representantes de la industria -las principales compañías mundiales tienen sede en la ciudad- y visitó la Universidad Robert Gordon, un centro muy volcado en todo lo relacionado con el petróleo, desde la gestión económica a la ingeniería.
La visita está ligada a una de las reformas de mayor impacto de su gobierno, la apertura de la compañía petrolera nacional Pemex a las inversiones extranjeras y privadas.
Peña Nieto firmó en el ayuntamiento de la ciudad el apartado que hace referencia al petróleo de los acuerdos bilaterales que un día antes rubricó su ministro de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, y que abarcan 14 áreas.
Entre los acuerdos alcanzados destaca la apertura de una línea de crédito británica de 1.000 millones de dólares a la compañía petrolera estatal de México, Pemex, para negocios conjuntos.
El dinero serviría «para financiar adquisiciones de bienes de capital y servicios proporcionados por empresas que realicen negocios en el Reino Unido«, dice el texto del acuerdo.
Además, ambos países acordaron «construir una relación sólida entre la Universidad de Pemex y la Universidad (Robert Gordon) de Aberdeen».
Antes de despedirse, el presidente se dirigió a la prensa por primera vez en la visita, que valoró como el «reconocimiento al trabajo y la relación de amistad y buena cooperación que hay entre ambas naciones».
Además, felicitó a las fuerzas de seguridad por la detención un día antes de Omar Treviño, líder del cártel Los Zetas y uno de los capos más sanguinarios de México.La detención «reafirma el compromiso del gobierno de la República para seguir trabajando en favor del México de paz y seguridad que queremos todos».
La larga sombra de Iguala
Los derechos humanos salieron en las reuniones que tuvo en Aberdeen. El secretario de Estado para Escocia, Alistair Carmichael, que en mayo presentó una campaña contra la tortura de Amnistía Internacional, fue quien sacó el tema.
«Para el gobierno de Su Majestad, el respeto de los derechos humanos es un valor central en todo lo que tratamos de hacer, aquí y en el extranjero», dijo Carmichael en un acto en el ayuntamiento de la ciudad.
«A medida que fortalecemos los lazos entre nuestros países, estoy seguro de que ésto seguirá siendo parte de nuestro diálogo», añadió.
La visita de Peña Nieto, presidente desde 2012, se enmarcó en la celebración del Año de México en el Reino Unido -y viceversa.
La desaparición de los 43 estudiantes en Iguala, Guerrero y el estancamiento de la economía mexicana han pasado factura a Peña Nieto, cuya popularidad (60% de desaprobación, según encuestas de diciembre)- es de las más bajas de un presidente a estas alturas de su mandato.
Amnistía Internacional cifró esta semana en 22.000 las personas que permanecen secuestradas o desaparecidas, además de las más de 100.000 que murieron desde 2006 en la «guerra contra las drogas».
Siobhan Reardon, director en Escocia de Amnistía Internacional, dijo que «la visita a Aberdeen de Peña Nieto no debería ser solamente sobre petróleo», y pidió a las autoridades que transmitieran su preocupación al presidente.
Peña Nieto acabó admitiendo por primera vez, en una entrevista con el diario británico Financial Times, que hay desazón en México.
El periódico financiero despidió al presidente con un editorial este jueves en el que sostiene que su programa de reformas no bastará si no se fortalece el Estado de derecho.
«Sin Estado del derecho y limpieza en el gobierno, poco cambiará», sentencia el editorial.