Los movimientos telúricos en nuestro país son usuales por la ubicación geográfica, por la que cruzan varias placas tectónicas.
Regeneración, 24 de septiembre de 2017.- México se encuentra en una zona geográfica que es atravesada por cinco placas tectónicas, por lo que tiene un alto grado de sismicidad, información que se sabe desde hace mucho tiempo sin que ello implique que las obras de construcción se adecuen a la norma.
Según un informe del Servicio Sismológico Nacional (SSN), de la UNAM, al menos 40 sismos de baja intensidad se registran al día por esta actividad propia del planeta; lo que parece increíble es que sabiendo esta información, las constructoras sigan haciendo edificios fuera de los parámetros de seguridad.
De acuerdo con Luis Enrique Rodríguez, perito avalado por Protección Civil, ningún edificio construido después de los años 90, debió haberse caído, pues existen normas de construcción claras que se hacen tomando en cuenta la sismicidad de la zona.
“Cualquier inmueble moderno, construido después del sismo del 85, si hubiese cumplido con todas las normas técnicas, todos los protocolos y la supervisión de obra en temas de materiales, hubiera soportado el sismo (del pasado 19 de septiembre)”, dijo Rodríguez en una entrevista para Reforma.
Sin embargo, durante este terremoto, murieron más de 300 personas, y alrededor de 3 mil edificios sólo en la Ciudad de México fueron dañados; 44 de ellos ya colapsaron y otros tantos están inhabitables.
Para Salvador Mejía, de la firma especializada en prevención de lavado de dinero, Asemetrics, la corrupción de las instancias gubernamentales y empresariales, puedieron acabar con cientos de vidas de la gente sepultada en su casa o trabajo.
“La corrupción pudo haber matado a muchas personas. El famoso cártel inmobiliario puede ser uno de los grandes asesinos en este terremoto”, dijo el abogado para The Huffington Post.
Por ejemplo, el inmueble ubicado en el 1260 de Insurgentes Norte, el cual fue inaugurado hace cuatro años y contaba con 12 pisos y 168 departamentos, que costaron de entre 1 y 1.5 millones, está inservible; los vecinos a penas pudieron ingresar algunas cosas.
“En el primer sismo, hace como tres años, fue cuando empezamos a notar que se agrietó, que el roof garden ya tenía filtraciones a los vecinos del piso 12”, dijo Jazmín Hurtado, una de las propietarias.
La inmobiliaria que construyó este complejo, Residencial Insurgentes Norte 1160, luego cambió el nombre a Desarrolladora Vertical Home, por lo que la responsabilidad se diluye.
En ninguno de los casa dan respuesta a los habitantes que ya fueron desalojados del edificio.
Ante la serie de anomalías que quedaron al descubierto por el terremoto, el abogado Mejía, junto con otros, está reuniendo información y documentos de los edificios en que los rescatistas han encontrado irregularidades en las normas mínimas de construcción.
“No puedo entender cómo es que en la colonia Portales, una de las más afectadas, se cayeran edificios con menos de cinco años de vida útil y, a un lado, está un edificio de 20 o 25 años de antigüedad. Traducción: el dificio viejo es´ta bien hecho y los nuevos bajo el esquema de la corrupción”, explicó.
Por eso y para usar su experiencia en temas anticorrupción, Mejía está recopilando los casos de los edificios derrumbados con irregularidades. El abogado dijo que los ciudadanos pueden enviar información y datos de estos inmuebles a su cuenta de Twitter @ESEMEJIA para documentarlos.
Vía Huff, Reforma y Contralínea.