En respuesta a la violencia contra activistas ambientales en Honduras, el Banco de Desarrollo Holandés (FMO) decidió «suspender todas las actividades en Honduras, con efecto inmediato”. Retiran sus inversiones, incluyendo el apoyo al proyecto de Agua Zarca.
Finnfund, la segunda financiera europea involucrada en la presa Agua Zarca, también retiró su apoyo.
Regeneración, 21 de marzo de 2016. La gota que derramó el vaso fue el asesinato reciente de Nelson García, un activista de la Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (OPINH), la organización hondureña que fundó Berta Cáceres (la líder indígena muerta hace unas semanas). Nelson ayudaba a un grupo de familias pobres resistir una expropiación de tierras en la pequeña ciudad de Río Lindo. El asesinato de Nelson no estaba directamente relacionado con el conflicto en torno a la presa de Agua Zarca, pero demostró que incluso aun bajo la mirada internacional, círculos de poder de Honduras no tienen respeto por la vida de las personas que se interponen en el camino de sus intereses económicos.
En respuesta a esta “noticia impactante”, FMO, el banco holandés de desarrollo, decidió “suspender todas las actividades en Honduras, con efecto inmediato”. Esto significa, dijo el FMO en un comunicado, “que no vamos a participar en nuevos proyectos o compromisos y que no se harán desembolsos, incluyendo el proyecto de Agua Zarca”.
Finnfund, la segunda financiera europea implicada en la construcción de la presa Agua Zarca, también suspendió su apoyo.
Con la retirada de FMO y Finnfund, ahora el Banco Central de Integración Económica tiene la presión de los defensores de derechos humanos de suspender todo su apoyo a Agua Zarca.
Con 24 millones de dólares, el BCIE otorgó el mayor préstamo para el proyecto de la presa Agua Zarca. La empresa ha expresado su confianza “en que los hechos que rodean la muerte de la señora Cáceres serán investigadas y aprobadas por las autoridades correspondientes.”
Condena internacional
Los asesinatos de los ambientalistas hondureños han provocado la indignación internacional. rack, oyectos que se supone que ron a la presa Agua Zarca.
El embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, James Nealon, condenó el “asesinato” del líder indígena hondureño Nelson García y pidió al Gobierno de Honduras que persiga y juzgue a los responsables del crimen. García murió por heridas de bala en un enfrentamiento con los cuerpos de seguridad durante el desalojo de unas 150 familias, que estaban al parecer en tierras privadas al norte del país, según denunció el Copinh, algo que la Policía desmintió. Según la organización, los enfrentamientos se registraron por el “desalojo violento” de más de un centenar de familias adheridas al Copinh en el sector de Río Lindo, departamento norteño de Cortés.
En una declaración conjunta, los grupos de la sociedad civil que coordinaron la respuesta internacional ante el asesinato en Honduras, incluyendo BankTrack, Both Ends, International Rivers y Oxfam Internacional, dieron la bienvenida a las decisiones de FMO y Finnfund.
Asimismo, reiteraron su exigencia de que FMO, Finnfund y el BCIE se retiren de manera permanente de la presa Agua Zarca, tras el asesinato de Berta Cáceres después de años de violencia e intimidación para imponer el proyecto hidroeléctrico.
Si las redes de la sociedad civil mantienen su presión, la suspensión del apoyo de los donantes europeos podría ser el principio del fin del Proyecto de Agua Zarca.
Las organizaciones ambientalistas y humanitarias presionan para lograr la liberación y retorno del activista mexicano Gustavo Castro, el único testigo del asesinato de Berta que todavía se mantiene en Honduras en contra de su voluntad. También demandan una investigación internacional independiente del asesinato. COPINH ha pedido a los gobiernos de Holanda y Finlandia visitar el lugar de Agua Zarca. De la misma forma, exigen al gobierno de Estados Unidos poner fin a su ayuda a un ejército hondureño que con frecuencia se ha asociado con violaciones de los derechos humanos en el país.
Los pueblos indígenas se ven desproporcionadamente afectadas por las represas, plantaciones a escala industrial, minería, petróleo y otros proyectos de extracción de recursos y por la violencia que suele formar parte de este tipo de proyectos.
El FMO y otros financieros de desarrollo tienen una larga historia de apoyar proyectos que engendran violencia contra los pueblos indígenas, incluyendo el Agua Zarca, Barro Blanco y presas de Santa Rita en América Central.
Los gobiernos del mundo han reconocido el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados en una declaración de la ONU. Este derecho no puede ser burlado con algún tipo de consulta en la que la decisión final recae en el mismo inversionista.
El FMO, Finnfund y otros fondos financieros deben reconocer el derecho de los pueblos indígenas a la consulta libre e informada sobre cualquier proyecto que afecte sus territorios.
El asesinato de Berta Cáceres “se ha convertido en un símbolo y un grito de guerra para la gente de todo el mundo que están conmocionado e indignado por el precio que los marginados y los pueblos indígenas en particular, tienen que pagar con frecuencia por los proyectos que se supone que llevar el desarrollo económico y social. Ellos continuarán vigilando de cerca el Proyecto de Agua Zarca y sus secuelas, para asegurarse de que el sacrificio de Berta no fue en vano”, señala Peter Bosshard es director ejecutivo de International Rivers.
Con información de Peter Bosshard de International Rivers.