síy así había sido en numerosas reuniones de miembros de diferentes matices de la izquierda. Temas, y eventos, se habían aprobado por unanimidad. Se habían acordado cuatro reuniones, cuatro conjuntos de conferencias con posterior discusión.
También se había acordado que no se iba a regir esto por ningún partido, ni por ninguna elección, no se tomaría partido como colectividad. Podrían participar algunos miembros de uno u otro partidos de izquierda, pero individualmente y no como representantes de su instituto político.
Se llevaron a cabo las dos conferencias iniciales. La primera, sobre el aspecto político en general, aunque en relación con las cercanas elecciones. Fue el jueves 7 de mayo y se ocupó sobre los aspectos políticos del proceso electoral y del conjunto. La segunda, en la cual participé con una ponencia e intervenciones –además de otros compañeros y compañeras–, trató los aspectos económicos, incluido por supuesto el petróleo, y fue el jueves 14 de mayo. Ambas culminaron con aplausos.
Se iban acumulando las ideas, los escritos y en general las propuestas. Todavía faltaban dos conferencias importantes: la tercera, incluyendo los aspectos sociales, sería el jueves 21 de mayo, y luego la cuarta, con la visión general, para el miércoles 27 de mayo.
Pero el que coordinaba, Francisco Estrada, envió, sin un acuerdo y discusión colectivos previos, una gran cancelación. En vista de que, según él,la atención está puesta en lo electoral y no sería sano contaminar un esfuerzo sano
, no sólo se cancelan las mesas del 21 y del 27 de mayo, sino que debemos reprogramar lo que teníamos reprogramado
paradespués del mes de junio
, o sea que puede ser julio, agosto, septiembre…
Al final de la segunda conferencia, le pregunté a Francisco Estrada quiénes eran los que se presentarían en las siguientes, y me dijo que me mandaría los nombres mañana
, que en ese caso era el viernes 15. Pero no me envió nada ni en ese día ni en ningún otro, fue sólo una mentira más.
Creo que buena parte de los partidos, y muchas personas, no coinciden en que estas elecciones, con todo y el Partido Verde, con todo y actos violentos, con todo y el abuso de la autoridad para apoyar al partido en el poder local o federal, etcétera, seanun esfuerzo sano
, que podría ser contaminado por conferencias, discusiones y aplausos. Y menos justifica la cancelación de un esfuerzo colectivo, de varias corrientes de izquierda, de desarrollar e impulsar un programa alternativo que se trataría de que fuera lo más conjunto posible.
Mi mejor deseo es que en la semana próxima se reconstruya el trabajo realizado y ahora borrado, hasta donde se pueda, y no esperar hasta después del mes de junio
, y a ver quién quiere entrarle después de todo este frenaje unilateral, y de haber anulado el trabajo de otras y otros sin su acuerdo.
Vamos a una parte positiva de este asunto.
Entre las ideas expresadas sobre la participación de los ciudadanos está el hecho de que ésta debe ser no sólo depositar el voto, sino la participación colectiva y organizada, en torno a la defensa de sus intereses, pero también de los intereses de la nación, de sus industrias, de su trabajo, y también del petróleo, de la electricidad, del agua y de la tierra.
Un problema ya grave en nuestro país es el de la corrupción omordida
. Ya se ve hasta en las elecciones, contribuyendo a su descrédito. La cantidad de cosas o de favores que se ofrece a cambio del voto es enorme, se destaca en estos actos el Partido Verde, pero no es el único.
El peso de la autoridad, local o nacional, por diversos canales, se usa en beneficio de los candidatos del partido gobernante, a menudo aprovechando la corrupción. No hay ninguna ley que lo prohíba expresamente, ni menos aún que lo castigue con la cárcel.
La autoridad electoral contribuye a la desconfianza en ella misma, avalando por ejemplo el juego de futbol entre México y Brasil para el día de los comicios.
Se están repartiendo televisiones por el gobierno federal en pleno periodo previo a las elecciones. Doble delito, pues con la caja idiota
se atenta contra la cultura popular.
Hay que ver la posibilidad de penalizar la mentira emitida por los medios oficiales. Ya es una plaga cotidiana, y ahora los funcionarios la consideran normal.
Lo que está por verse es el tamaño del fraude electoral. No está a discusión, porque ya hay actos en ese sentido. Supongo que si con lo ya realizado o en curso logran una cierta victoria, las autoridades respectivas hasta ahí le dejan, pero si no, puede haber, como en otras ocasiones, otro fraude, para ganar
más.
Un punto final:
Pemex deberá ser nuevamente integrado en una sola empresa, contribuyendo también a liquidar la multitud de funcionarios rapaces.