Regeneración, 26 de enero del 2016.-Ya se ha repetido mucho sobre el uso exagerado de los antibióticos y el desarrollo de bacterias que son resistentes a todas las medicinas y antibióticos. El problema es tan grande que algunos incluso han sugerido que estamos cerca de entrar a una especie de “era post antibióticos”, en la cual incluso las infecciones consideradas de rutina y fáciles de curar se volverán fácilmente mortales e intratables. Hoy, un antibiótico recientemente desarrollado, derivado de leche materna humana podría resultar ser la respuesta a la lucha contra las cepas bacterianas resistentes.
La nueva investigación se basa en estudios previos que estudian cómo la leche materna ayuda a los bebés recién nacidos a combatir la infección. La clave de esto es una proteína particular llamada lactoferrina, que puede matar con eficacia bacterias, hongos, e incluso virus.
Si bien esto ha sido conocido desde hace algún tiempo, un grupo de investigadores del Laboratorio Nacional de Física y la Universidad College de Londres han rediseñado el proceso para hacerlo más efectivo.
Resulta que la lactoferrina es capaz de matar a los microorganismos en contacto por los agujeros de perforación en su membrana celular de protección, que los investigadores pudieron aprovechar manipulando la proteína en una cápsula similar a un virus, capaz de reconocer e incubar bacterias específicas, pero dejando las células humanas circundantes como estaban. La esperanza es que la nueva técnica podría proporcionar vehículos de reparto para otros medicamentos que se dirigen a agentes patógenos.
“Para supervisar la actividad de las cápsulas en tiempo real que hemos desarrollado una plataforma de medición de alta velocidad utilizando microscopía de fuerza atómica”, dijo Hasan Alkassem, uno de los directores del estudio que explica la nueva técnica en Ciencia Químicas. “El reto no era sólo para ver las cápsulas, sino también seguir su ataque a las membranas bacterianas. El resultado fue sorprendente: las cápsulas actuaron como proyectiles haciendo poros en las membranas con la velocidad y eficiencia de una bala.”
Los investigadores afirman que la velocidad a la que la proteína es capaz de identificar, atacar y destruir los patógenos significa que es muy difícil para ellos construir resistencia. Puede ser que pase un tiempo, sin embargo, antes de que la proteína modificada por la ingeniería sea recetada por los médicos. Esto se debe a que ahora tendrá que someterse a más pruebas e investigaciones para comprobar su eficiencia y para asegurarse de que es segura.
La industria farmacéutica reporta que la necesidad de fármacos antibióticos de la población mundial asciende a tener que desarrollar al menos 10 nuevos antibióticos cada diez años para mantenerse alerta a los micoorganismos que evolucionan tan rápidamente.
Fuente: I fucking love science