Busca que Rusia se convierta en el mayor proveedor de alimentos de alta calidad y no transgénicos; considera que los occidentales “envenenan deliberadamente” a su población.
Regeneración, 16 de noviembre 2016.- El presidente de Rusia, Vladímir Putin se ha pronunciado en contra del consumo de alimentos transgénicos e incluso ha emitido órdenes de que su pueblo debe ser protegido de la “comida genéticamente modificada (OGM) y los productos farmacéuticos occidentales”.
El mandatario ruso estimaba a finales del año pasado, que para 2020, Rusia sería capaz de abastecer el mercado interno con alimentos cosechados en el país.
“Hace diez años importamos casi la mitad de los alimentos del extranjero y dependíamos de las importaciones. Ahora Rusia está entre los exportadores”, afirmó Putin en diciembre de 2015 y detalló que las exportaciones rusas de productos agrícolas habrían ascendido a casi 20 mil millones de dólares, lo cual representa un 25% más que los ingresos de la venta de armas.
“No sólo podemos alimentarnos con nuestros cultivos y recursos hídricos. Rusia podía convertirse en el mayor proveedor mundial de alimentos de alta calidad, saludables y no transgénicos, que hace tiempo que desaparecieron en algunos productores occidentales. La demanda en el mercado de tales productos está creciendo constantemente”, acotó.
En septiembre de ese año, el Kremlin se había ya pronunciado en contra de la producción de alimentos con organismos genéticamente modificados.
De acuerdo con el informe del Kremlin, Putin habría considerado que la evolución humana se encuentra en riesgo.
“Nosotros como especie tenemos la opción de continuar desarrollando sanamente nuestros cuerpos y cerebros en una trayectoria ascendente, o podemos seguir el ejemplo occidental de las últimas décadas y deliberadamente envenenar nuestra población con alimentos alterados genéticamente (transgénicos), los productos farmacéuticos, vacunas, y la comida rápida, la que debe ser clasificada como una droga adictiva peligrosa”.
En junio de este año, la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento de Rusia) aprobó el proyecto de ley que prohíbe el cultivo de plantas y la cría de animales genéticamente modificados, exceptuando los utilizados para estudios científicos.
Quienes infrinjan esa ley, se harán acreedores a una sanción administrativa, que va de entre los mil 500 y los siete mil dólares para personas jurídicas, y 152 a 764 dólares para los funcionarios.
Con información de RT, Salud Casera.