¿Quién controla el Open Source?

muylinux.com

5 de septiembre de 2014.-La mitad de desarrolladores de Open Source cobra por su trabajo… y eso desde una perspectiva “conservadora”, según un estudio llevado a cabo por académicos alemanes que aporta datos, pero que tampoco descubre nada nuevo o que no se intuyera: la imagen de software libre creado únicamente por voluntarios y distribuido con fines altruistas es solo media verdad.

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Sin darle muchas vueltas a las cifras, que podéis examinar en este documento (PDF), la situación se entiende fácilmente: muchos proyectos de código abierto tienen un gran éxito comercial -Linux, Apache, WordPress…- y cuando el sector empresarial confía en soluciones Open Source como base de su negocio -Google- Amazon, Facebook…-, invierte en ello.

Asimismo, un desarrollador a tiempo completo siempre rendirá mejor que un voluntario que usa su tiempo libre para colaborar con cualquier proyecto, porque va a respirar día sí, día también, el mismo código.

Está muy bien, pensaréis, y es cierto, el esfuerzo merece recompensa y el trabajo compensación económica. Sin embargo, hay un pequeño gran riesgo que está ahí y que es inevitable. Se trata de la respuesta a una pregunta que personalmente no plantearía como hacen en TechRepublic, en futuro, sino en presente: ¿quién controla el Open Source?

Es obvio que cuando una empresa invierte un céntimo, no lo hace por amor al arte. Empresas de un mismo sector, además, pueden converger en intereses específicos aun siendo competencia, pero cada cual con su hoja de ruta. Esto hace que al observar con lupa proyectos actuales tan exitosos como OpenStack, se descubra que son muy pocos desarrolladores los que hacen la mayoría del trabajo, todos pagados. Controlar un proyecto así no es algo descabellado, porque al final el que paga manda.

Son varias las excepciones, los proyectos de relevancia en los que la inversión empresarial es altamente relevante, que no indispensable para su continuidad. Linux es el mejor ejemplo, pues son tantas las personas -pagadas por diferentes partes o sin cobrar- que colaboran en su desarrollo, que una única empresa tendría imposible conseguir el control.