El Poder del Consumidor presenta la radiografía del Yogurt Griego
La publicidad establece que contiene “doble proteína”, pero realmente tiene las mismas cantidades que un yogurt natural.
Contiene jarabe de maíz de alta fructosa y colorantes asociados a cambios en la conducta como hiperactividad y déficit de atención.
Además de azúcares, contiene dos edulcorantes no calóricos.
15 agosto 2014. Debido a que en nuestro país se ha aprobado una nueva regulación de etiquetado de alimentos y bebidas por la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), estaremos presentando en nuestras radiografías una serie de productos procesados que cumplen con ciertos criterios para portar un “distintivo nutrimental” y que podrán publicitarse en horarios infantiles, a pesar de ser altos en azúcar y calorías —lo que representa un riesgo a la salud ante su alto consumo—, y contradictoriamente el gobierno mexicano los avalará como “mejores” productos (elpoderdelconsumidor.org/Daña Cofepris derechos de consumidores con nuevo etiquetado de alimentos).
El Poder del Consumidor ha denunciado públicamente los criterios que ha aprobado Cofepris, los cuales expertos consideran ser de riesgo para la salud de los consumidores (elpoderdelconsumidor.org/Advierten expertos riesgo de nuevo etiquetado en carta abierta a Peña Nieto).
Con el afán de proporcionar mayores elementos a nuestros lectores para proteger su salud, nuestra coordinadora de Salud Alimentaria en El Poder del Consumidor, la nutrióloga Xaviera Cabada, estará valorando diversos productos en el mercado que paradójicamente podrán ser portadores de un “distintivo nutrimental” y publicitarse en horarios infantiles, a pesar de que, incluso, en varios casos ya se gravan con un impuesto por ser considerados no nutritivos (elpoderdelconsumidor.org/Impera caos y contradicción en los criterios del gobierno para combatir la obesidad).
Yogurt Griego 2X Yoplait selección de moras (145 gramos, un botecito):
Azúcar:
Cada envase de 145 gramos (poco más de media taza) contiene 13 gramos de azúcares añadidos, lo que equivale a 2½ cucharadas cafeteras.
Es importante resaltar que en el caso de los lácteos hay que contemplar la lactosa dentro de los azúcares totales que se declara en la etiqueta.
Para determinar la lactosa presente en los yogures, se pueden utilizar tablas de contenido de nutrientes en los alimentos como apoyo. Es difícil determinar la cantidad exacta de lactosa que pudiesen contener los diferentes productos lácteos.
Es por esto que es importante que en los etiquetados se establezcan azúcares añadidos y no azúcares totales.
Los azúcares añadidos que contienen los productos es información de mayor relevancia para los consumidores, ya que estos son los tipos de azúcares que provocan serios daños metabólicos a la salud dada su presencia elevada en distintos productos.
Por ejemplo, la cantidad de azúcares añadidos que contiene este envase de yogurt cubre del 36% al 50% de la cantidad máxima tolerada de azúcar diaria para un adulto.Este porcentaje es elevado, especialmente por el tamaño de la porción que es.
Si un hombre consume una taza de este yogurt para el desayuno, merienda o colación, estaría cubriendo casi el total del azúcar máxima tolerada promedio para todo un día por un hombre adulto.
Para el caso de las mujeres o niños se estaría cubriendo el 100% del azúcar máximo tolerable para todo el día.
El alto consumo de azúcar se ha asociado a un mayor riesgo a padecer obesidad y diabetes (ajcn.nutrition.org/content/Intake of sugar-sweetened beverages and_.full.pdf+html).
Asimismo, se ha observado que los altos consumos de azúcar provocan adicción, por lo cual una vez que se convierte en hábito es mucho más difícil dejar de consumir este tipo de productos (www.saber.ula.ve/bitstream/Evidence That Intermittent, Excessive Sugar_.pdf).
Es preocupante que la población, en especial la infancia, cada vez tenga mayor acceso a este tipo de productos y que estos se hayan convertido en parte de la ingesta cotidiana de las familias, lo que contribuye a que se generen malos hábitos a largo plazo.
Se ha visto que en la población mexicana el yogurt aporta el 28.3% de azucares añadidos.
Si bien el yogurt es consumido sólo por el 8.5% de la población en general, para el caso de los preescolares y escolares el consumo de yogurt es mayor, con un 27.8% (www.insp.mx/noticias/nutricion-y-salud14/Consumo de productos lácteos en población mexicana.html).
Es importante mencionar que este tipo de producto podrá portar un “distintivo nutrimental”, estableciendo que es un producto adecuado para su consumo o con mejores propiedades, cuando realmente es un producto alto en azúcares.
Colorantes:
Rojo 40 (rojo allura) y azul 1 (azul brillante), derivados del petróleo (cspinet.org/new/pdf/food dyes rainbow of risks.pdf) y en el caso del rojo allura se ha visto tener asociaciones con cambios en la conducta de los niños y niñas (www.cspinet.org/new/pdf/bateman.pdf).
Proteína:
En esta ocasión se incorpora el rubro de proteína, ya que la publicidad del producto se basa en ello.
Por porción la cantidad de proteína es de 8.7 gramos. En comparación a muchos productos procesados pudiese parecer que el contenido de proteína es elevado, sin embargo, las cantidades de proteína no son altas.
Un yogurt natural normal contiene aproximadamente 8.3 gramos de proteína por una porción de 145 gramos.1
Esto nos muestra que de acuerdo con lo que un yogurt debería contener de proteína, las cantidades realmente no son “dobles”. Son dobles en comparación al yogurt batido de fresa de la misma marca, mas no de acuerdo con la cantidad que debería contener de manera natural.
Un adulto requiere aproximadamente entre 75 y 100 gramos de proteína diaria.
En este caso este yogurt está cubriendo menos del 10% de dichos requerimientos. Para las proporciones de azúcar que contiene (hasta un 50% de lo que un adulto podría consumir como máximo tolerable para todo un día), los beneficios que pudiera traer la proteína de este producto prácticamente se anulan, ya que los riesgos a la salud ante el alto y continuo consumo de azúcares añadidos son elevados.
Ingredientes:
Leche entera pasteurizada, leche semidescremada deshidratada, azúcar, concentrado de proteína de leche, asesulfame K, sucralosa, cultivos lácticos, preparado de fruta 15% [fresa, mora azul, frambuesa, zarzamora (58%)], azúcar y/o de jarabe alta fructosa, pectina,almidón modificado, ácido cítrico, sabor moras, sorbato de potasio, colorantes (rojo 40 y azul 1).
19 ingredientes en total, entre ellos se menciona azúcar en dos ocasiones, contienejarabe de maíz de alta fructosa y edulcorantes no calóricos.
El hecho de que se integren edulocrantes no calóricos a productos que además contienen azúcar promueve un mayor gusto por alimentos cada vez más dulces, ya que esto intensifica el dulzor.
El gusto por lo dulce deforma hábitos de alimentación a largo plazo (psycnet.apa.org/A role for sweet taste: Calorie predictive relations in energy regulation by rats).
Algo que llama la atención referente a los ingredientes que contiene, es que no sólo la contiene un gran número de ingredientes (entre ellos varios aditivos), sino que además contiene sucralosa y asesulfame K, que de acuerdo a la Secretaría de Salud, no son recomendables para preescolares y escolares.
El nombre real de la molécula de “sucralosa” es 4,1’,6’-tricloro-4,1’,6’-tridesoxigalactosacarosa, confundiendo al consumidor al poner un nombre muy parecido a la “sacarosa”.
Además de que el nombre por sí solo es confuso, no se establece de forma visible en el empaque que contiene dicho químico.
De esta forma, la madre o padre de familia confiados en que están proporcionando un producto saludable a sus hijos, jamás sabrán que le están dando un químico no recomendable para menores (www.cienciasdelasalud.edu.ar/powerpoints/Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la población mexicana.pdf).
Esto atenta directamente el derecho del consumidor a saber lo qué realmente está consumiendo y ofreciendo a su familia.
Etiquetado:
El etiquetado es bastante sencillo. Color blanco de fondo con letras azul marino y rojo. Al centro se observa el nombre del producto, que es “GRIEGO”, y debajo se encuentran imágenes de frutas de moras.
Se observan leyendas con letras pequeñas que hablan sobre el producto: “Yogurt estilo griego con fruta en el fondo”, “Bajo en grasa”, “2X Doble Proteína*” y “Selección de moras”. Todo hace ver que es un yogurt natural con fruta, diferentes tipos de moras y que además es bajo en grasa.
Aparentemente sí lo es, sin embargo jamás podríamos detectar a simple vista que realmente es un producto con 19 diferentes ingredientes, que contiene jarabe de maíz de alta fructosa, así como almidones para dar consistencia al producto, edulcorantes no calóricos, diferentes aditivos y colorantes derivados del petróleo.
Tampoco se puede distinguir a simple vista que la cantidad de fruta es tan sólo de 12.6 gramos (lo equivalente a aproximadamente tres moras), mezcladas con jarabe de maíz de alta fructosa, azúcar, almidón, ácido cítrico, sabor a moras, sorbato de potasio y colorantes.
Además, un consumidor o consumidora difícilmente podría detectar el pequeño asterisco que establece que el producto tiene “doble proteína”. La comparación de proteína se hace con base en un producto de la misma marca (Yoplait batido de fresa), más no a lo que contiene un yogurt casero. Algo que caracteriza al yogurt griego es su alto contenido en proteína; el presente producto aparenta que su presencia de proteína es alta cuando realmente no lo es.
Sumado a los engaños en el etiquetado y publicidad de este producto, ahora con los nuevos criterios aprobados para etiquetado frontal por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofeprios), este producto “cumple” con los criterios para poder portar un “sello nutrimental”, avalándole como un producto de mejor “calidad” (elpoderdelconsumidor.org/Daña Cofepris derechos de consumidores con nuevo etiquetado de alimentos).
Hagamos valer nuestros derechos rechazando este tipo de etiquetados.
El etiquetado es la única orientación que el consumidor realmente tiene para conocer cuál es la calidad nutricia de los productos industrializados.
Es importante que el etiquetado no induzca al error, puesto que está claramente establecido en la norma oficial de etiquetado, NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que la información no debe inducir a error y debe ser clara (dof.gob.mx/NOM051 05-04-2010/Especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados_).
Recientemente, se publicaron algunos resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición 2012, que reveló un alza bastante considerable en la incidencia de diabetes con un 30%.
Asimismo, se observó que en los últimos seis años el número de personas con diabetes diagnosticados pasó de 4.3 millones a 6.4 millones, de los cuales sólo 1.6 millones tienen un control adecuado y 1.8 millones ya presentan alguna complicación: falla renal, amputación, infarto o ceguera.
Se estima que una cifra similar, es decir, al menos otros 6.4 millones de mexicanos también padecen diabetes, aunque todavía no estén enterados.
El engaño publicitario y en los etiquetados ha contribuido enormemente a los padecimientos que actualmente se viven en el país como el sobrepeso, obesidad y diabetes.
Es prioritario que los etiquetados no engañen a los consumidores y no desorienten haciendo alusión a que son buenas opciones de consumo cuando no lo son.
Valoración general:
No recomendado para consumo habitual en adultos. Se puede consumir como postre u ocasionalmente como colación.
No recomendable para niños, por las altas cantidades de azúcar, por la presencia de colorantes que inducen cambios en la conducta en niños y niñas, y por la presencia de sucralosa (endulzante artificial).
Alternativa:
Yogurt natural, casero, batido (elpoderdelconsumidor.org/saludnutricional/Prepara yogurt casero).
Si se pretende añadir proteína al yogurt, se puede utilizar amaranto natural o alguna semilla como la chía.
Nota: Para responder a las solicitudes de nuestros lectores y lectoras de proporcionar mayores alternativas, se ofrecen las siguientes consideraciones para un yogurt comercial:
- • Que sea natural, pero sin azúcar añadida o edulcorantes artificiales (azúcar de dieta).
- • Que no contenga jarabe de maíz de alta fructosa.
- • Evitar aquellos con colorantes artificiales.
- • Un vaso de yogurt (250 gramos) naturalmente contiene aproximadamente 4.5 gramos de lactosa. Cualquier cantidad mayor es indicación de que contiene azúcar añadida.
No olvidemos que la obesidad es una enfermedad y además es una epidemia, es decir, existealgo en el ambiente que está enfermando a la gente. A este ambiente se le ha llamadoambiente obesigénico.
A diferencia de otras epidemias que se han presentado en la historia, entre lo que nos está enfermando, es el consumo de productos ultra industrializados o a lo que se le ha denominado la “dieta occidental”. Ésta consiste en el alto consumo de productos con concentraciones elevadas de azúcar, grasa, sal, harinas refinadas, aditivos y bajos en fibra.
La obesidad no es una cuestión de “decisión personal”, ya que existe un fuerte engaño con referencia la calidad de los productos que consumimos (www.youtube.com/The Fructose Epidemic – An Article by Dr Robert H. Lustig).
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1 FAO/LATINFOODS: 2003. Tabla de composición de alimentos de América Latina. www.rlc.fao.org/bases/alimento > ir