Representantes de la Iglesia se solidarizan con maestros

Aseguran que la lucha magisterial condensa y simbolizan muchas demandas estudiantiles por una educación de calidad.

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Regeneración, 11 de junio 2016.- Representantes de iglesias y organizaciones sociales expresaron su solidaridad con el movimiento magisterial. En un pronunciamiento dado a conocer por el Observatorio Eclesial, llamaron a la solidaridad y la acción colectiva, comunitaria y popular en defensa de la educación laica, gratuita y de calidad, que la estrategia gubernamental desde hace tres décadas se empeña tozuda e infructuosamente en desmantelar.

Afirmaron que el movimiento magisterial es una oportunidad imperdible para la articulación de muchas causas, en grado tal que podamos detener la barbarie que no escampa e iniciar un auténtico proceso de recuperación nacional desde el pueblo y para los pueblos.

Resaltaron que México vive uno de los momentos más difíciles de su historia, en el que lo que se acumula día a día no es el bienestar ni el desarrollo, sino la tragedia, la corrupción y la represión; donde crece la inconformidad social a la par de la sordera gubernamental frente al clamor de millones.

Destacaron que ante la insoportable realidad, pueblos, movimientos sociales, sectores religiosos se levantan y alzan la voz por doquier, de forma pacífica y organizada, como recientemente lo ha hecho el movimiento magisterial en oposición a la mal nombrada reforma educativa.

Decenas de organizaciones no gubernamentales y personajes de distintas iglesias, entre ellos el obispo Raúl Vera; el reverendo Dan González, rector de la Comunidad Teológica de México; presbíteros, Cencos y el Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América, plantearon que en el movimiento magisterial se condensan y simbolizan, entre muchas otras, las demandas estudiantiles por una educación de calidad y las de las normales rurales, cuyo emblema sigue siendo Ayotzinapa, hasta encontrarles.

Demandaron poner fin a la reforma laboral en materia educativa, empezando por la anulación inmediata de las inconstitucionales e irracionales evaluaciones docentes.

Asimismo, que el gobierno federal abandone la intransigencia y atienda las demandas de diálogo abierto con el magisterio, y que cesen el hostigamiento y la represión a la libre manifestación de los maestros, así como de los defensores de derechos humanos, periodistas, estudiantes, movimientos populares y cualquier forma de participación social organizada.

Información de La Jornada.