Ridículo y estúpido criminalizar a los jóvenes: Mujica

El Presidente de Uruguay, José Mujica, señaló que es «ridículo y estúpido» criminalizar a los jóvenes y dijo que los que están fallando no son los muchachos, sino la acción de los veteranos en la cabeza de los muchachos.

Mujica reclamó un mayor involucramiento de los adultos en la enseñanza de vida de los niños y adolescentes y en «nutrir» sus cabeza de principios.

mujica-en-estados-unidos_312728

26 de septiembre de 2014.-En un programa de radio, Mujica lamentó la cantidad de jóvenes que están privados de libertad, «sin aprovechar una de las etapas más gloriosas de la vida».

«Cada vez que salgo a la ruta me encuentro un accidente de tránsito y lo más frecuente de la causa es la imprudencia humana, el exceso de confianza y hasta verdadera temeridad. Se pone en juego la vida propia y la de otros, precisamente por nada, tal vez, por una oscura sensación de poder interno», reflexionó Mujica.

Continuando con su pensamiento, recordó la experiencia vivida en sus visitas al centro penitenciario del Comcar «en esa zona donde crecientemente cientos de presos se transforman en trabajadores sistemáticos, verdaderamente útil para un camino de recuperación».

No obstante, reconoció que le impresiona «la cantidad de gente joven en un país promedialmente muy entrado en años y lo asusta que tanta gente joven en vez de vivir la vida con libertad, termina sacrificando la libertad por una miserable opción económica que los arruina».

«Hay algo en que considero estamos fallando largamente los mayores: no tenemos tiempo para machacar y machacar en la cabeza de las nuevas generaciones la acumulación de la experiencia, de la conducta de vivir», subrayó el Presidente.

«No se le puede pedir a la gente joven -agregó- que tenga así como así el resultado de lo que no ha vivido. Es obvio que el porvenir es de los jóvenes, pero desgraciadamente la honda sabiduría del buen vivir se va en general fijando con los golpes que dan los años y el haber vivido».

«Es muy poco lo que los seres humanos aprendemos cuando no lo hemos vivido. Hay mucha necesidad de machacar y machacar para poder contrarrestar esa tendencia ingenua, esa tontería natural, ese exceso de confianza ingenio de aquellos que han vivido muy poco», insistió.

Para Mujica, en nuestra sociedad tanto los padres como los abuelos, los viejos en general, gastan poco tiempo en nutrir la cabeza de los muchachos.

«Hay que ser amigo de la gente joven; hay que recepcionar sus hondas confesiones, hay que estar al lado de las incertidumbres, hay que tratar de poblar sus soledades afectivas», continuó manifestando.

Según el mandatario, hay mucho para hablar sobre las encrucijadas, sobre «las esquinas peligrosas que la vida nos presenta». Hay demasiados espejismos y naturalmente no se puede pedir que la gente que ha vivido poco esté en guardia, permanentemente frente a esas equinas peligrosas.

«Esto requiere una formación que tienen mucho de afectivo, mucho de relación humana, de volcar las arrugas, las canas, los dolores padecidos a las nuevas generaciones que están despuntando», recalcó.

«Y no tenemos tiempo. Nuestras sociedades parece que quieren educar para el éxito que ya sabemos cuál es: no intentan educar para el camino de la vida misma. Parecería que no se puede gastar tiempo en trasmitir cosas que en el fondo ni son servicios ni mercadería facturable», prosiguió Mujica.

En la mesa familiar por diversas razones, a su entender, muy poco tiempo queda para hablar de estas cosas que no tienen precio pero que consideró el centro de las relaciones familiares de confianza.

«Me doy cuenta de qué desperdicio de vida y del costo que tiene el hecho de no entender que cada mujer u hombre entrado en años tiene un papel que cumplir de ser amigo, de ser natural confesor de la gente que está saliendo del cascarón. Debe ser un oasis para la soledad de los jóvenes cuando están en encrucijadas difíciles», prosiguió.

En este punto de su reflexión, Mujica reafirmó que así como le parece «ridículo y estúpido» criminalizar a la juventud, también le parece realmente temerario criminalizar a la juventud por el hecho de ser joven.

«También me parece un disparate, un derroche de civilización y de experiencia despreciar a los viejos, y considero además que idealizar una etapa y otra de la vida es una tontería inútil de carácter mayúsculo», aseguró.

Para Mujica, es muy importante remarcar que es casi milagroso estar vivo y entender que hay que luchar para que esta vida tenga una cuota creciente de felicidad.

«Amor a lo cotidiano, a la sencillez y en el fondo amor a la vida. Es una tarea permanente y sistemática que impacta la ausencia de estos caminos cuando uno ve en una cárcel tanta gente joven, en una de las edades más gloriosas de la vida, perdiendo vida», lamentó Mujica.

«No están fallando los muchachos, lo que está fallando es la acción de los veteranos en la cabeza de los muchachos», concluyó su reflexión.

(AFP)