Los apoyos a esta comunidad oaxaqueña han llegado de organizaciones sociales y religiosas. El gobernador Alejandro Murat solo fue a tomarse la foto y no volvió.
Por Edith Peredo
Regeneración, 21 de septiembre de 2017.- En San Dionisio del Mar los estragos del sismo de 8.2 grados del pasado 7 de septiembre, se pueden observar por las calles.
Mientras las autoridades federales se pasearon por Juchitán, a donde llegaron también todas las cámaras, un grupo de ciudadanos se unió para apoyar en lo que pueden a los habitantes de la comunidad.
Un joven, que prefirió omitir su nombre, relató que aun cuando cerca hay un centro de comando de la Marina, “tardaron tres días en llegar”.
Ahí, jóvenes, niños, adultos, todos se han unido para trabajar por la comunidad que los ha albergado durante tantos años.
Organizados y con el apoyo de otras organizaciones y colectivos civiles, así como de una asociación religiosa que funge como centro de acopio en Juchitán, instalaron un comedor comunitario que día con día comparte comida en 8 mesas.
“Depende de lo que se pueda cocinar, se comparte con 100, 200, hasta 300 personas a veces”, dice el joven.
Incluso, el joven comentó que, a los adultos mayores, se les reparte la comida en triciclos.
En la comunidad hay coraje, impotencia, un sentimiento de injusticia porque saben que hay apoyos, pero todos se centralizaron en Juchitán. Y, los políticos, hicieron su agosto y se quedaron con algunas cosas para repartirlas a nombre de su partido.
La presidenta se quedó con algunas despensas. Otros políticos las retuvieron y las metieron a sus casas. “En lugar de apoyar, ellos son los que más se benefician, reparten despensas con un volante de sus partidos”, contó el joven.
En San Dionisio no se registraron pérdidas humanas, pero sí muchas casas y construcciones dañadas. “Por fuera se ven bien, pero al entrar, se ven las cuarteaduras. La gente prefiere dormir en galeras”.
El joven contó que luego del sismo del 7 de septiembre, temblaba cada diez o quince minutos. El miedo se apoderó de la gente, y ahí sigue, no se va, menos luego del temblor del 19 de septiembre que volvió a azotar a México.
“Seguimos con miedo, ya no sabemos si son nervios o qué otra cosa”.
Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, llegó a San Dionisio, se tomó la foto y se fue.
También llegaron helicópteros de la Marina, repartieron cajas con “apoyos” pero para sorpresa de los vecinos, no había comida en ellas, solo encontraron pañales.
“Eran cajas de pañales, uno de adulto y otro de niño. Pregunté con los vecinos y también recibieron pañales”.
“Está bien que manden apoyos, pero algo que sí sea útil porque en Juchitán también hemos sabido que entregan cosas caducadas”.
El joven está seguro de algo: la unión y solidaridad de las personas y las comunidades permanecerá para salir adelante.
«Seguimos esperando apoyos», dice el joven que asegura que cualquier tipo de ayuda, de donde venga, será bien recibida. Por último, pide que «no se olviden de esta comunidad ni las del Istmo ni tampoco de las de Chiapas».