Poco después de que el edificio de Álvaro Obregón 286 sobre su cabeza, se dio cuenta que no estaba herida y supo que saldría de ahí.
Regeneración, 24 de septiembre de 2017.- Lucía salió sonriendo de entre los restos del edificio ubicado en el 286 de Álvaro Obregón en la colonia Condesa, pasó 36 horas atrapada, pero no perdió la esperanza, sabía que saldría viva de ahí.
«Me di cuenta que no estaba herida. Que Dios me quería aquí», contó en una entrevista para Melissa Muñoz.
La mujer de 36 años trabajaba en una de las oficinas del inmueble que se desplomó durante el sismo y no había participado en el simulacro porque iba de camino a la oficina cuando sucedió.
“Me quedé a mitad del camino. Fue el peor momento. No lo podía creer”, indicó.
Durante el sismo de 7.1 grados que sacudió la zona centro del país, Lucía corrió desde la recepción hacia las escaleras de servicio cuando el techo se derrumbó sobre ella y su compañero de trabajo Isaac; la única razón por la que no fueron aplastados fue una silla que detuvo el techo.
Después de un rato, empezó a escuchar helicópteros y maquinaria, eso le dio esperanza y junto con Isaac se turnaban para gritar por ayuda.
«Me ponía de acuerdo con Isaac para gritar. Estábamos cansados de hacerlo. Le decía: 1, 2, 3… y gritábamos: ¡Ayuda!», contó.
Cuatro horas antes de volver a ver la luz del sol, escuchó a los Topos, uno de ellos preguntó: “¿Están ahí?”, y luego de darles sus nombres, los rescatistas lograron llegar hasta ellos.
«Los Topos inyectan ánimo. Si ven la foto de cuando me rescatan, salgo sonriendo», relató.
Lucía salió con unos rasguños del inmueble en el que aún permanecen al menos 40 personas desaparecidas; para ella, salir de ahí tiene un significado.
“Si sobreviví fue por algo”, concluyó.
Vía Reforma.