Considerado el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud será recordado el 23 de septiembre, con motivo de su aniversario luctuoso número 76, ocurrido en Londres en 1939.
Nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, antigua Moravia -hoy Príbor, Checoslovaquia- pero cuatro años después su familia migró a Viena, ciudad en la que vivió hasta un año antes de su muerte.
A los 17 años concluyó sus estudios secundarios y aunque consideró estudiar derecho, se decidió por la medicina en la Universidad de Viena, pero sin la intención de practicarla, sino de estudiar la condición humana con rigor científico. Cambió su nombre de Sigismund a Sigmund Freud, a los 22 años de edad.
Decidió, a la mitad de la carrera, dedicarse a la investigación biológica y de 1876 hasta 1882, trabajó en el laboratorio del fisiólogo Ernst von Brücke, interesado en estructuras nerviosas de animales y la anatomía del cerebro humano.
Fue en 1882 cuando conoció a Martha Bernays, quien años más tarde sería su esposa, y debido a sus escasos recursos económicos, desistió de la carrera de investigador y se ganó la vida como médico, carrera en la que se había titulado un año antes.
De 1882 a 1885, laboró en diversos departamentos del Hospital General de Viena, especializándose en neuropatología y en 1884 cuando se le encarga elaborar un estudio sobre el uso terapéutico de la cocaína, el cual experimentó en su persona.
Para 1885 es nombrado Privatdozent de la Facultad de Medicina de Viena, en la que enseñó en casi toda su carrera neuropatología y psicoanálisis.
Obtuvo una beca para estudiar en París en el servicio de neurología de la Salpêtrière bajo la tutela de Jean Martín Charcot, el más importante neurólogo francés de aquella época.
Ahí fue donde pudo observar la histeria, los efectos de la hipnosis y la sugestión en el tratamiento de la misma.
En 1886, después de un largo noviazgo, se casa con Martha Bernays y tienen seis hijos, tres varones y tres mujeres, de las cuales, la menor, Anna Freud, se convertiría en psicoanalista infantil.
Para 1886, y después de comprobar la funcionalidad de la hipnosis, Freud y Breuer elaboraron en conjunto un libro que trataba sobre la histeria.
Y es durante la realización de dicha obra que Freud desarrolló sus primeras ideas sobre el psicoanálisis y en 1896 comienza a transformar la metodología terapéutica que había calificado de catarsis basada en la hipnosis.
Dicho método lo denominó “libre asociación”, ya que tras el desprecio de otros médicos para trabajar con él, le llevó a forjar los elementos esenciales de los conceptos psicoanalíticos de “inconsciente”, “represión” y “transferencia”.
Algunos de sus conceptos básicos son el “Yo” del psicoanálisis, término que le designó a la parte central de la estructura de la personalidad. También se encuentra el “Superyó”, que es una de las tres instancias de la mente humana, junto al Ello y el Yo.
Además del “Inconsciente”, que en psicología es la región hipotética de la mente que contiene los deseos, recuerdos, temores, sentimientos e ideas, cuya expresión queda reprimida en el plano de la conciencia.
Entre sus obras resaltan “El porvenir de una ilusión”, de 1927, “El malestar en la cultura” de 1930, “Moisés y el monoteísmo” de 1939, así como «Tótem y Tabú», de 1913.