Los manifestantes silbaban, soplaban cuernos y portaban pancartas, asegurando que sin la educación morirá la nación.
Además han denunciado que sus sueldos son 10 veces inferiores a la media europea, y amenazaron con una huelga general, si se ignoran sus demandas.
Los educadores sufrieron una bajada del 25 por ciento en sus salarios dentro de las políticas de austeridad que aprobó el anterior gobierno conservador en 2010.
Asimismo, los participantes han exigido al Gobierno de Bucarest que aumente el presupuesto para la educación hasta un 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
El pasado sábado, fueron los profesionales de la salud los que reclamaron también más presupuesto para el sistema sanitario del país.