No solo es el mayor depredador hasta ahora conocido, más temible incluso que el Tyrannosaurus rex, sino que además tenía capacidades para nadar
11 de septiembre de 2014.-Con un peso de hasta 20 toneladas, el Spinosaurus era un mastodonte extraño, una especie de cruza entre un pato y un cocodrilo, y poseía rasgos anatómicos de una adaptación al medio acuático, de acuerdo con examen de fósiles hallados en Marruecos.
Este dinosaurio carnívoro, que vivió hace unos 95 millones de años, tenía hasta 15 metros de largo y poseía una veintena de dientes afilados en una boca larga y estrecha, con la que devoraba peces.
Supera así con holgura la talla del Tyrannosaurus rex, que vivió en América del Norte unos millones de años más tarde, explicó un equipo de científicos en un artículo publicado el jueves en la revista estadounidense Science. De hecho, el célebre dinosaurio es superado por el Spinosaurus como el mayor dinosaurio depredador hasta ahora conocido.
El fósil del más completo esqueleto del Spinosaurus muestra claramente que podía moverse en tierra firme y en el agua, explicaron Paul Sereno y Nizar Ibrahim, paleontólogos de la Universidad de Chicago, principales responsables por el descubrimiento.
Huesos de partes del cráneo, la columna vertebral, la pelvis y las extremidades fueron descubiertos a lo largo de varios años en una zona de sedimentos de agua dulce en el Sahara marroquí, al sudeste del país. Estos fósiles ofrecen señales claras de que el animal vivía al menos parte de su tiempo en el medio acuático, tornándose así en el primer dinosaurio conocido capaz de nadar, destacaron los científicos.
Caminar y nadar
De acuerdo con el estudio, reptiles marinos como los plesiosauros y los mosasauros no eran dinosaurios, aunque hayan tenido una apariencia semejante. Entre esas señales jamás antes vistas en otros dinosaurios los investigadores destacaron la presencia de la nariz en lo alto del cabeza para evitar la entrada de agua.
También mencionaron patas delanteras relativamente largas y grandes pies terminados en membranas que le permitían nadar pero también caminar sobre los suelos pantanosos. El estudio también destaca una gran densidad ósea de las extremidades, que habría permitido a este dinosaurio permanecer sumergido en vez de flotar.
El anatomista J.G.M. Thewissen, de la Universidad de Medicina de Ohio, señaló que esa densidad es similar a la de las primeras ballenas o a la de los hipopótamos actuales. En la visión de Sereno, “el Spinosaurus, con su boca de cocodrilo, su cuello largo y su cuerpo estirado debía parecer una mezcla de un pato con un cocodrilo”.
Los expertos observaron que este dinosaurio debía tener importantes dificultades en tierra firme para mantener su equilibrio durante mucho tiempo, ante la anatomía de sus patas traseras.
Una enorme cresta en la espalda, que se asemeja a la vela de un barco, posiblemente servía para atraer otros ejemplares para aparearse más que para ayudar a nadar.
Los huesos caseros
Los primeros huesos del Spinosaurus fueron hallados en 1912 en Egipto y fueron descritos en 1915 por el paleontólogo alemán Ernst Stromer von Reichenbach, quien sin embargo no logró descifrar sus capacidades de adaptación al agua.
Esos huesos, que estaban en Munich, resultaron destruidos por bombardeos en la Segunda Guerra Mundial y fue necesario esperar casi un siglo para poseer otro esqueleto, cuyas primeras piezas fueron halladas por un nómade, coleccionador aficionado de fósiles en Marruecos.
Las notas, dibujos y publicaciones de Stromer sobrevivieron en una casa de su familia en Baviera y permitieron hacer comparaciones con los huesos hallados en Marruecos, explicó Ibrahim.
Los científicos reconstruyeron este esqueleto con los nuevos huesos y versiones digitales de las anotaciones de Stromer, así como con el examen de un ancestro del Spinosaurus, el Suchomimus, que era bastante diferente.
(AFP)