Quirino Ordaz no ha solicitado revisiones federales extraordinarias a los penales de Sinaloa
Regeneración, 2 de agosto de 2018.- Bajo el mandato de Quirino Ordaz Coppel, gobernador de Sinaloa, el crimen organizado ha logrado tres fugas de reos peligrosos.
El pasado domingo 22 de julio salieron por el acceso principal dos reos.
Se trata de Julián Grimaldi Paredes, ubicado como operador financiero del Cártel de Sinaloa y acusado de participar en la emboscada a militares el 30 de septiembre de 2016.
El segundo es Carlos Jesús Salmón Higuera, el Macaco, miembro de la célula de Fausto Isidro Meza Flores, el Chapo Isidro, acusado de participar en la emboscada a elementos de la Policía Ministerial en El Fuerte en 2012 y en una masacre cometida en un funeral en Guamúchil en 2011.
Cuando ocurrió esta fuga, el general Inocente Fermín Hernández Montealegre llevaba apenas seis días como titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal.
De acuerdo con información de Ríodoce, en el Centro de las Consecuencias Jurídicas del Delito (Cecjude) de Aguaruto se han presentado evasiones de internos en dos ocasiones desde que el gobernador Quirino Ordaz Coppel inició su gestión, sin que esa condición de vulnerabilidad amerite revisiones federales extraordinarias.
La tercera fuga ocurrió desde las instalaciones del IMSS
Tres fugas con Quirino Díaz
A tres meses de que Quirino Díaz rindiera protesta como gobernador constitucional de Sinaloa y de haber colocado a personal castrense en todas las áreas relacionadas con la seguridad pública, ocurrió la primera fuga del sexenio.
El general Genaro Robles Casillas tenía tres meses en la SSP.
En aquella ocasión, los internos fugados fueron Juan José Esparragoza Monzón, el Negro; Jesús Peña González, el 20; Rafael Félix Núñez, el Changuito Ántrax; Alfonso Limón Sánchez, el Limón; y Francisco Javier Zazueta Rosales, el Chimal.
La segunda fuga ocurrió en abril del 2018, por un reo identificado como Juan Carlos “N”, pero en esa ocasión fue la seguridad del IMSS donde estaba internado, la que burló.
La tercera fuga, del 22 de julio, se dio a la vista de los propios custodios:
Jesús Carlos Salmón Higuera, el Macaco, y Julian Grimaldi Paredes y/o Luis Gabriel Valenzuela Valenzuela salieron vestidos con uniforme oficial.
Esa es la versión del recién llegado Secretario de Seguridad Pública, el general en activo y comisionado por la Sedena, Fermín Hernández Montealegre.
El diario sinaloense relata la forma en que ocurrió la fuga del 22 de julio, de la que pudo saberse gracias al registro de las cámaras de seguridad.
El video fue presentado por Televisa. En él se puede constatar que los reos salieron vestidos de custodios y pudieron pasar a través de seis filtros hasta legar a la vía pública.
Se encontraban acompañados de custodios verdaderos, quienes ya no regresaron a laborar.
A continuación reproducimos el relato de los hechos, elaborado por Ríodoce.
El camino a la libertad
De acuerdo con información de la SSP estatal, los internos estaban recluidos en el recién construido módulo de alta seguridad diseñado para evitar que reos considerados de alta peligrosidad causen problemas al interior o escapen.
Para llegar hasta las afueras del reclusorio los internos tuvieron que pasar por seis filtros desde el módulo hasta el exterior.
La evasión ocurrió la madrugada del domingo pasado, cuando ambos salieron vestidos de celadores y acompañados de dos custodios, quienes ya no volvieron a trabajar.
Imágenes captadas por las cámaras de seguridad del penal difundidas por el noticiero En Punto, de Televisa, se observa la forma en que escaparon y el apoyo que prestaron los dos celadores.
En las imágenes se aprecia a los dos reos en su celda revisando sus celulares, los cuales están prohibidos, y uno de ellos se cambia de ropa.
En otra área del penal un custodio entra al parecer a un cuarto de servicio, sale con una bolsa negra de plástico y 40 minutos después se dirige a la celda de Salmón y Grimaldi y entrega la bolsa.
Durante alrededor de un minuto platica con los reos y en varias ocasiones observa su reloj de pulso y luego se retira.
De la bolsa negra los presos sacan dos pistolas y dos uniformes de celador y se los ponen encima de la ropa que traían puesta.
Los prisioneros tardaron alrededor de 30 minutos en estar listos y mientras se preparan, uno de ellos voltea hacia la cámara de seguridad y sonríe y el otro saca de entre sus pertenencias una bolsa aparentemente con cocaína y la inhala.
Cuando ya están vestidos, un custodio llega por ellos y los conduce a la puerta del módulo, la cual abrió colocando su huella dactilar en un lector.
Después llegan a la reja que separa ese módulo del resto y otro celador les abre la puerta.
En otras imágenes se observa que entran al edificio que alberga las oficinas administrativas del penal y pasan frente a la comandancia para luego salir al pasillo que separa el área de internamiento del pórtico.
Los dos reos y el celador ingresan al pórtico y atraviesan el área de revisión de visitantes y llegan a la salida, donde otro celador abre la puerta y se va con ellos.
Los cuatro salen al camino que conduce a la carretera Culiacán-Navolato, lo hacen por una puerta lateral que lleva al estacionamiento del reclusorio.
Al salir por la puerta lateral, evitaron pasar por el último portón, que ya no es vigilado por celadores sino por elementos de la Policía Estatal Preventiva.
Los dos custodios y los dos reos abordan un automóvil estacionado junto a la puerta y enfilan hacia la carretera con la cajuela abierta.
Una camioneta y un automóvil que se encontraban en el estacionamiento siguen al vehículo donde van los prófugos y al cruzar las vías del tren se une otro automóvil que lo esperaba en ese sitio.
Los tres automóviles y la camioneta toman la carretera rumbo a Culiacán.
Según la SSPE el movimiento inusual de vehículos a esa hora en el estacionamiento fue lo que alertó a los agentes estatales de una posible fuga.
Por evasión, la Procuraduría General de la República (PGR) no ha consignado a ningún involucrado
Funcionarios sancionados
Por la fuga de marzo del año pasado, el encargado de la Dirección del Penal, cinco celadores y un civil están en proceso penal por el delito de evasión de presos.
La SSP estatal preveía la posible fuga de Carlos Jesús Salmón Higuera, el Macaco, desde diciembre del año pasado.
Para evitar la evasión, decidieron cambiarlo de módulo y lo instalaron en el módulo de alta seguridad.
La decisión fue tomada el 29 de diciembre de 2017 por el Comité Técnico del Centro Penitenciario en una sesión extraordinaria.
La reubicación fue “en razón del riesgo que se habría suscitado y que pudiera derivar en posible evasión o fuga de reos, así como por riesgos latentes contra la población penitenciaria general o bien, contra el personal de custodia y administrativo que labora en el Centro Penitenciario”, estableció el Comité.
Ese mismo día, el reo fue internado en el módulo de alta seguridad hasta la madrugada del domingo 22 de julio.
Los dos reos fugados habían estado en penales federales de máxima seguridad, pero con amparos fueron trasladados al Centro Penitenciario Aguaruto considerado de mediana seguridad.
Los ex convictos lograron los amparos debido a que la Procuraduría General de la República no pudo justificar ante los jueces que por su peligrosidad debían estar recluidos en penales federales.
El Macaco ingresó al penal de Aguaruto el 28 de febrero de 2016 y el 6 de marzo por razones de seguridad fue trasladado al Centro de Readaptación Social Federal número 8 en Guasave.
En mayo lo volvieron a trasladar y lo llevaron al Cefereso número 5, en Villa Aldama, Veracruz, pero el 5 de junio de 2017 fue regresado al penal de Aguaruto, donde permaneció hasta el día de su fuga.
Grimaldi Paredes entró al reclusorio de Aguaruto en febrero de este año y el 14 de abril, también por razones de seguridad, el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readpatación Social del Gobierno Federal lo envió al Cefereso de Veracruz.
El 18 de mayo, regresó a Aguaruto debido a que tramitó un amparo y un Juez ordenó que lo devolvieran hasta que concluyera el juicio de amparo y se determinara si es procedente su internamiento en un centro penal federal.