Regeneración, 11 de diciembre de 2015.- El canciller turco, Mevlut Cavusoglu, declaró en una entrevista que Ankara no se quedaría cruzada de brazos ante las represalias de Rusia por el derribo de su avión de guerra Su-24. Declaró que si Rusia sigue criticando a Turquía, su gobierno se verá obligado a reaccionar.
«Rusia quiere aprovechar todas las oportunidades, nuestra paciencia no es ilimitada. Si hasta ahora no hemos dado respuesta a lo que ha hecho, no es porque tengamos miedo ni por ningún tipo de complejo de culpa».
A pesar de todo esto, a Turquía le interesa mantener la paz con Rusia; «nadie quiere tensiones», dijo el canciller y pidió a Rusia revisar «su situación emocional».
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Insistió en que el derribo del avión ruso se emprendió en conformidad con las normas internacionales. La Fuerza Aérea de Turquía «no tenía ni idea en ese momento de que se trataba de un avión ruso», declaró.
El origen de estos conflictos se remonta al 24 de noviembre, cuando Turquía derribó un avión de guerra ruso con el argumento de que estaba violando su espacio aéreo. Los pilotos evacuaron el avión, pero uno de ellos fue abatido por un grupo armado rebelde, el otro fue rescatado por fuerzas rusas.
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Desde entonces, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha hecho declaraciones a Turquía sobre este incidente. Ha declarado que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su familia lucran con el petróleo que el Estado Islámico extrae de Siria.
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Putin ha asegurado, además, que el derribo del avión ruso fue una represalia de Turquía por bombardear puntos estratégicos de extracción petrolera.