Urge saber la verdad en el caso de los normalistas, claman los 4 obispos de Guerrero

acapulco“la exigencia de la verdad en el caso y la justicia para las víctimas es una exigencia social que no puede postergarse más, como una condición básica para el desarrollo y la democracia”

Regeneración, 11 de septiembre del 2015. (El Sur) Los cuatro obispos de Guerrero pidieron realizar “todos los esfuerzos” para conocer la verdad en el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala en septiembre del año pasado, porque se corre el riesgo de un crecimiento de las tensiones sociales, luego de de las conclusiones del informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En el comunicado firmado por los obispos, se indica que las diferencias señaladas en la investigación en el caso de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa parecen repetirse en otros casos de desaparecidos y que están en espera de ser esclarecidos.

El documento, compartido a través del portal de la Arquidiócesis de Acapulco y redes sociales, está firmado por el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, y los obispos de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza; de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga y de Ciudad Altamirano, Maximino Martínez Miranda.

Los prelados católicos exponen que después del informe del GIEI en el que destaca que los jóvenes no pudieron haber sido incinerados en el basurero de Cocula como señaló la Procuraduría General de la República (PGR), y que se debe de continuar la búsqueda, “urge una renovada exigencia de la verdad”.

El pasado 7 de septiembre se informó que con base en peritajes de un experto en seguridad y fuego, José Torero, se descartó que los jóvenes normalistas hayan sido incinerados. Los expertos del GIEI convocados por la CIDH descartan que los estudiantes hayan ido armados a Iguala o pretendieran boicotear un acto político como indican policías implicados en los hechos del 26 y 27 de septiembre, por lo que se pidió que se replanteen la investigación.

Ante el informe, los obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco advierten que de no ser así “se corre el riesgo de un crecimiento de las tensiones sociales que se han dado” desde entonces y las manifestaciones en las plazas y en las calles del país y del estado.

Consideraron que la verdad en el caso de los normalistas desaparecidos es fundamental para avanzar a la “reconciliación, el progreso y la paz”.

Los sacerdotes llamaron a las autoridades a que den respuesta cabal a las demandas sociales, “la exigencia de la verdad en el caso y la justicia para las víctimas es una exigencia social que no puede postergarse más, como una condición básica para el desarrollo y la democracia”.

Alentaron a “todos los esfuerzos” que se hagan por la “vía pacífica” para conocer la verdad y exigir justicia, “hacemos votos para que la conmemoración del aniversario de la tragedia de Iguala abone a la paz y a la reconciliación, que se sustentan en la verdad y en la justicia”.

También consideraron que las deficiencias señaladas en la investigación en el caso de los normalistas desaparecidos parecen repetirse en otros casos, “como los 25 mil desaparecidos que hay en el país y que están a la espera de ser esclarecidos como condición para la justicia y para la reparación del daño”. Eso provoca “dolor y rabia” en las familias, que “con justa razón” exigen conocer la verdad, “esta es una herida nacional que tiene que ser atendida y curada, pues el país no se puede reconstruir”.

Los obispos indicaron que piden a santos y santas  para que sigan acompañando al pueblo de Guerrero e intercedan para que “no desfallezcamos” en la búsqueda de la paz y la reconciliación social.


Texto del comunicado:

A las comunidades diocesanas

A los agentes de pastoral

A las autoridades

Después de seis meses de investigación sobre el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha entregado su informe con algunas conclusiones centrales, entre las que destaca que estos jóvenes no pudieron haber sido incinerados en el basurero de Cocula, como señaló en su momento la Procuraduría General de la República (PGR), y observa que se debe continuar con su búsqueda. Esta conclusión del informe del GIEI, junto con las otras que le acompañan, urge a una renovada exigencia de la verdad.

Las deficiencias que han sido señaladas en esta investigación parecen repetirse en otros casos, como los 25 mil desaparecidos que hay en el país y que están a la espera de ser esclarecidos como condición para la justicia y para la reparación del daño. Este drama provoca dolor y rabia en las familias de todos ellos, que con justa razón exigen conocer la verdad sobre cada uno de sus casos. Esta es una herida nacional que tiene que ser atendida y curada, pues el país no se puede reconstruir sin verdad y justicia.

Estamos por arribar al aniversario de la tragedia de Iguala, y la verdad de este caso es fundamental para avanzar hacia la reconciliación, el progreso y la paz. De lo contrario se corre el riesgo de un crecimiento de las tensiones sociales que se han dado desde entonces y que se han manifestado en las plazas y en las calles del país y del estado de Guerrero. Nuevamente llamamos a las autoridades a que den respuesta cabal a estas demandas sociales en todo lo que tienen de legítimas. La exigencia de la verdad en el caso y la justicia para las víctimas es una exigencia social que no puede postergarse más, como una condición básica para el desarrollo y la democracia.

Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco alentamos todos los esfuerzos que se hagan, por la vía pacífica, para conocer la verdad y para exigir la justicia, y hacemos votos para que la conmemoración del aniversario de la tragedia de Iguala abone a la paz y a la reconciliación, que se sustentan en la verdad y en la justicia.

Pedimos a Santa María de Guadalupe y los santos guerrerenses, San Margarito Flores y San David Uribe que sigan acompañando a su pueblo e intercedan para que no desfallezcamos en la búsqueda de la paz y de la reconciliación social que tanto necesitamos en Guerrero.

Les hacemos llegar a todos ustedes, con esperanza y afecto paternal, nuestra oración y bendición.

 

Carlos Garfias Merlos. Arzobispo de Acapulco

Salvador Rangel Mendoza. Obispo de Chilpancingo Chilapa

Dagoberto Sosa Arriaga. Obispo de Tlapa

Maximino Martínez Miranda. Obispo de Ciudad Altamirano