Video: Mujer va a colocarse pestañas pero le descubren una sorpresa; tenía piojos

Una mujer en TikTok relató el momento incómodo que vivió cuando una clienta con piojos llegó a ponerse pestañas sin avisarle de su condición.

Regeneración Mx, 17 febrero 2023. Una mujer originaria de Mexicali publicó un video en TikTok, donde mostró como fue que a media aplicación de pestañas se dio cuenta de que la clienta tenía piojos.

Pese a que la afirmación del video pudiera sonar como queja, “Yo aplico pestañas, no mato piojos», la realidad es que Alejandra Rodríguez, como se identifica en TikTok, tomó la situación con algo de gracia.

Si bien en un primer instante mencionó sentirse incómoda por no saber si decirle o no, en videos posteriores hizo comentarios graciosos como decir que “el piojo y ella ya eran compas”.

Redes atacan a estilista por atender a mujer con la cabeza infestada de piojos

De acuerdo con lo mencionado por la estilista, la mayoría de los comentarios hacían referencia a que sostuvo al piojo con las mismas pinzas con las que ponía las pestañas, a lo que ella se defendió diciendo que aparte de tener muchas pinzas, en todo caso solo se tenían que desinfectar.

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Otros tantos internautas mencionaron que no debió exponer a su clienta, por lo que graciosamente respondió: “Al primero que me diga quien es la muchacha le regalo un set de pestañas y un laminado de cejas”, ya que en ningún momento se ve el rostro de la clienta.

Al final de esta historia, la mujer relata que intentó aguantarse la sensación de comezón que le provocó ver tantos piojos, pero no pudo hacerlo e incluso intento quitar uno, pero que al hacerlo le jalo sin querer algunos cabellos a la muchacha que se molestó.

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Por lo que no le quedo otra opción más que decirle que tenía la cabeza infestada de piojos, sorprendentemente, le respondió que ya sabía, puesto que se los habían pegado en un salón de belleza pero que no quería cortarse el cabello y no había podido acabar con ellos.

Tras la salida de la clienta, la estilista tuvo que tomar decisiones como tirar el cojín donde se pone la cabeza por temor de que alguno se hubiera escondido allí y comprar gorritos desechables para evitar que volviera a sucederle algo así.