La gasolina en México es 4.34 pesos más cara que en Estados Unidos. La gasolina magna subirá 39 centavos a partir del primero de enero de 2015; la Premium 42 centavos y el diesel 41 centavos más. Esto repercutirá en el aumento de todos los bienes y servicios. A ello se suma la devaluación del peso de 9% sufrida en los últimos meses
Regeneración, 30 de diciembre de 2014. A partir del primero de enero de 2015 el aumento de los precios de los combustibles provocará aumentos en cascada y mayores dificultades en la llamada “cuesta de enero”. Estos aumentos provocarán impactos negativos en la economía y en la generación de empleos; el más importante es que significará un golpe a los ingresos de los mexicanos.
El incremento a las gasolinas será de 3%, según el índice de la inflación proyectada por el Banco de México, a partir del primer día de 2015.
La gasolina Magna pasará de 13.31 pesos por litro a 13.70 (39 centavos más); la gasolina Premium de 14.11 pesos a 14.53 (42 centavos) y el diesel de 13.94 pesos a 14.35 (41 centavos más).
Este aumento a los combustibles, anunciado por Hacienda como el único del año, impactará el precio de todos los bienes y servicios: transporte, alimentos, vivienda, colegiaturas y tarifas de luz, incluso del predial y el agua. A ello agregamos la devaluación del peso de 9% respecto al dólar, ocurrida en los últimos dos meses.
El gobierno de Peña Nieto tomó esa decisión, a pesar de que los precios internacionales del petróleo a escala internacional han caído estrepitosamente estos meses.
Cada vez más la gasolina en México que en EU
Los nuevos precios de la gasolina serán mayores a los que se registrarán en Estados Unidos.
De acuerdo con información del Departamento de Energía de EU, en 2015 el precio promedio nacional para la gasolina tipo Regular —similar a la Magna— será de 9.36 pesos por litro, 4.34 pesos más barata que en México; la Premium costará en ese país 10.96 pesos por litro, 3.57 pesos más barata; y, el diesel en 12.79 pesos, 1.56 pesos por debajo del precio en nuestro país.
Así disminuyen los ingresos petroleros por la privatización de la industria petrolera y de las ganancias de los hidrocarburos, pero serán los consumidores mexicanos los que compensen esas pérdidas en los ingresos públicos.