Estudiantes de la Universidad Acrópolis de Comalcalco, Tabasco, llegó al malecón Tajamar con 500 plantas de manglar y las donaron para reforestar la zona devastada.
Regeneración, 28 de febrero de 2016. Una docena de estudiantes de la Universidad Acrópolis de Comalcalco, Tabasco, llegó al mediodía al malecón Tajamar con 500 plantas de manglar y las donaron para reforestar la zona devastada, luego de que culmine el proceso legal que existe por ese predio y la ley lo permita, expresaron los jóvenes.
En una camioneta de redilas y otra tipo Van con las leyendas pegadas “Aquí viajan alumnos con destino a Tajamar” “¡Salvemos nuestro entorno!”, “Reforestando Tajamar”, los jóvenes llegaron de improviso a una de las tres entradas del malecón, e ingresaron a la que se conoce como Bandoneón, donde los recibió un grupo de ambientalistas.
Se pudo apreciar que no está prohibido el paso a la zona que fue devastada en enero pasado, no hay policías o autoridad federal que impida el acceso; sólo hay un grupo de ciudadanos que vigila en una orilla dicho predio.
“Valió la pena venir a Tajamar y ver la destrucción”
Cristi Viridiana Alejandra Domínguez dijo que hicieron un “esfuerzo tremendo” para llegar, pues no contaban con recursos económicos; además fue muy difícil conseguir apoyos y más porque muy pocas personas valoran el medio ambiente.
Jeiny del Carmen Domínguez Domínguez se mostró emocionada al llegar al malecón Tajamar: “Valió la pena”, dijo al ver las huellas del ecocidio.
“La verdad no es lo mismo verlo por foto, que ser testigos de cómo lo destruyeron”, agregó con orgullo. Luego contó que antes de salir de Tabasco no conocían a nadie en Cancún. Viajaron con la incertidumbre pues no sabían si encontrarían en el malecón a quién entregar las plantas.
A nombre del grupo de ambientalistas y ciudadanos que defienden el lugar, Rocío Pinto reconoció el gesto y les dijo que cuando se permita la reforestación, los estudiantes de la Universidad de Acrópolis serán los primeros invitados a participar.
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Por lo pronto, las matas serán resguardadas en un lugar por definir, pues las suspensiones provisionales y definitivas concedidas por diversos juzgados ordenan dejar los predios en el estado que guardan, es decir, no se puede reforestar.
(Con información de Patricia Vázquez, La Jornada)