Seis joyerías con ganancias de un millón de pesos cada una; en Plaza Tamarindos 32 tiendas con renta de ocho mil pesos en promedio. También posee la Universidad Benemérita de las Américas
Regeneración, 24 de septiembre del 2015. «Aún preso como el principal indiciado por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el exalcalde perredista de Iguala José Luis Abarca es un próspero empresario, cuyas seis joyerías gozan de bonanza en el centro de este municipio y que le dejan ganancias de hasta 6 millones de pesos mensuales», lo señala Daniela Wachau en el diario La Razón.
A lo anterior hay que sumar los frutos que obtiene por Plaza Tamarindos, de su propiedad, en la cual hay 32 locales que pagan una renta en promedio de 8 mil pesos mensuales por cada espacio.
También hay seis islas en los pasillos a los que les cobran 10 mil pesos por mes, con lo que recibe 316 mil pesos cada 30 días sumando todos los espacios: esto sin contar con lo que le pagan el supermercado, la cadena internacional de comida rápida, la tienda de artículos electrodomésticos y los cines que ahí están.
Locatarios del Centro Joyero de Iguala, en el que Abarca tiene sus negocios, cuentan que el exalcalde de niño boleaba zapatos y vendía chicles afuera del mercado municipal.
Se inició en la venta de oro en 1988. Los joyeros afirman que ellos comenzaron junto con Abarca en este rubro, pero él fue “más audaz” en los negocios.
Lo recuerdan por haber vendido joyería en el mercado localizado frente a la central de autobuses. Su punto de venta no era un local, sino un espacio en los pasillos de dicho mercado.
Fue en 1997, cuando 147 comerciantes se unieron para formar el Centro Joyero, en régimen de condominios, para lo cual cada uno aportó 37 mil pesos por espacio. A todos ellos les tocó un lugar en proporción a lo que tenían afuera del mercado. Para Abarca fueron seis puestos, uno de ellos del triple de tamaño que los demás.
Las joyas que venden van desde anillos, relojes con piezas de oro, figuras de la Torre Eiffel, pulseras, aretes y collares. Uno de los principales juegos tiene un valor de 16 mil 700 pesos y es un par de collares con aretes de oro blanco de 14 quilates.
En las joyerías del exalcalde se recibe a los clientes con tarjetas de presentación, en las que aún aparecen José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda, su esposa, como propietarios del local.
Uno más de los locatarios, quien pidió el anonimato, aseguró que en “los tiempos de buenas ventas” han llegado a comercializar hasta un millón de pesos mensuales por local, con clientes que compran por mayoreo hasta 50 mil pesos de mercancía, en un solo pago.
El joyero sostiene que las noticias en los medios sobre este centro les ha perjudicado, ya que este sitio no es propiedad de Abarca, sino que él es sólo uno más de los condóminos.
A pesar de ello no piensan pedir que sus negocios se trasladen a otro sitio y lo defiende. “No tenemos por qué pedirle que se vaya, él no está consignado, sólo lo detuvieron pero no se ha dicho que sea culpable”.
Dos vendedoras de joyas, pero ubicadas en la calle aledaña, afirman que para hacer sus fortunas, muchos vendedores de oro ofrecieron “chapas”; es decir, piezas de metal bañadas en oro.
“Muchos vendían oro hueco, por eso se hicieron millonarios, aunque también antes estaba muy barato el oro y dejaba más ganancias”, cuenta otra locataria de la calle Álvaro Obregón.
Su local no tiene los acabados de lujo que los establecimientos del Centro Joyero, aunque sí una mayor cantidad de piezas de bajo costo. Además sostienen que desde hace cinco años se rumoraba de vínculos de María de los Ángeles Pineda con el crimen organizado, lo cual era “un secreto a voces”.
José Luis Abarca y su esposa fueron detenidos el 4 de noviembre del año pasado. Diez meses después sus negocios, así como la Universidad Benemérito de las Américas, también de su propiedad, siguen operando de manera regular.
Fuente y foto La Razón