El Observatorio de Derechos de la Tierra reporta que dos indígenas mueren a la semana defendiendo a la tierra
Regeneración, 7 de diciembre del 2015.-Pueblos indígenas se pronuncian para reivindicar sus derechos y su papel como protectores de la naturaleza en medio de las negociaciones para lograr un acuerdo vinculante que ponga freno al calentamiento global en la presente Cumbre del Clima de París (COP21).
En este marco, se hace manifiesta la necesidad de obligar a los gobiernos a fortalecer la protección a las poblaciones tradicionales. El Observatorio de Derechos de la Tierra (Land Rights Watch) denuncia que cada semana son asesinados una media de dos indígenas mientras se dedican a defender el medio ambiente.
Estas poblaciones son consideradas como las más vulnerables ante el cambio climático. No solamente por habitar las zonas que resultan afectadas por inundaciones o procesos de devastación como sequías, sino porque además representan una amenaza para los intereses de los sectores privatizadores, las grandes empresas saqueadoras y la explotación irracional que fomentan los propios gobiernos para con sus territorios. Además, se trata de la población cuyo modo de vida representa un impacto ambiental mínimo en comparación con el de las poblaciones de las grandes ciudades.
En 2015 han sido asesinados en este contexto al menos 92 indígenas alrededor del mundo, mientras que en 2014 hubo un saldo de 114.
En México proliferan este tipo de casos en los que además persiste la impunidad. Ejemplos de ello; en 2012, Ismael Solorio fue asesinado junto con su esposa Manuelita Solís, ambos defensores del medio ambiente en Chihuahua. Ese mismo año, Juventina Villa Mojica, dirigente de la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán y su hijo de 17 años fueron asesinados. En 2013 Eva Alarcón y Marcial Bautista, líderes ecologistas de las montañas de Guerrero fueron secuestrados por hombres armados. A estos casos se suman cientos de asesinatos y agresiones perpetradas la mayoría de las veces por grupos paramilitares, policías locales, seguridad privada y militares.
En la perspectiva de los representantes de pueblos indígenas que han acudido a la COP21, el tratamiento del tema de la protección a los derechos humanos en el ámbito del medio ambiente ha mermado a causa de los intereses políticos que influyen en las negociaciones.
A nivel global actualmente, la lucha por la tierra y sus recursos representa una de las principales causas de violación a los derechos humanos. La falta de legislación y reconocimiento de derechos a las poblaciones indígenas ocasiona graves problemas como por ejemplo el exceso de derechos que se otorgan a las mineras en comparación con los que se reconocen a las comunidades afectadas por ellas.
En este sentido, reforzar y respetar los derechos de las poblaciones rurales debe considerarse además como una de las mejores garantías de conservación del medio ambiente, según el Instituto Mundial de Recursos quien a través de investigaciones ha comprobado que al menos en países como Brasil, el nivel de devastación ambiental en zonas rurales gestionadas por locales es doce veces menor que el que se presenta en otras zonas del territorio.