Por Fausto Martínez*.
Regeneración, 27 de enero del 2016.-Mucho se ha citado la frase del presidente chileno Salvador Allende “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción casi biológica. Muchas y muchos de los jóvenes nacimos cuando el neoliberalismo estaba en su máxima expresión, los años de bonanza solo los hemos vivido atreves de las personas ya grandes de edad que cuentan como era México cuando tenia empresas nacionales como ferrocarriles de México, teléfonos de México, y el producto de la minería se quedaba en territorio nacional.
Muchas y muchos que hemos nacido en la década de los 90´s hemos sufrido crisis económicas, guerras, desempleo y miseria. Hemos sido testigos del desmembramiento de la industrial nacional y en la historia mas reciente de la privatización del petróleo, la desaparición de luz y fuerza del centro, la privatización de las playas, el encarcelamiento de lideres sociales que se oponen al régimen de corrupción e inpunidad así como la desaparición forzada de maestros, estudiantes y de cualquiera que cuestione el actuar de los que se ostentan amos y señores de México.
Es en ese punto donde llega el dilema filosófico ¿ser o no ser? …. Tenemos dos opciones el de dejar pasar la vida y solo ser “ciber revolucionarios” o tomar las riendas de la vida política y publica dejar de ser el relevo generacional en el discurso y pasar a ser el relevo generacional en la práctica en el vivir cotidiano, es el momento donde hacen eco en nuestro corazón las palabras del presidente Allende.
Mucho se habla de las elecciones del 2018 nombres, partidos y favoritos a pesar de sonar algo lejanos debemos de prepararnos, en el seno de nuestras casas, debemos de aprender a ser críticos y actuar ante cualquier injusticia desde el mal trato a una persona por parte de algún funcionario público, hasta el oficial de tránsito que pide mordida o el chofer del transporte público que es imprudente al conducir. Así nos prepararemos para que en el 2018 podamos votar por la mejor opción y no por el que nos llegue con una torta o una dadiva pagada de nuestros impuestos.
Y como jóvenes nuestro papel en esta transición será el de agentes de cambio tornar nuestro entorno de oscuro e incierto a colorido y esperanzador y crear una sociedad autónoma y que no dependa de otros para sentirse y estar bien. Y a pesar de los golpes que nos de el neoliberalismo debemos recordar que siempre hay un nuevo amanecer.
Quiero concluir con la siguiente frase de Úrsula K. Le Guin “No puedes comprar la revolución. No puedes hacer la revolución. Solo puedes ser la revolución. Está en tu espíritu o no esta en ninguna parte”.
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Fausto Martínez
‘De 20 años orgullosamente celayense, activista político, social y animalista amante de la verdad y buscador de la felicidad, cantante, revolucionario e historiador ilegal ¡ soy todo y nada!’