La dependencia económica de México con el país del norte, es tal que si se cerrrara la llave podría haber graves problemas.
Regeneración, 08 de marzo de 2017.- Desde 2015, México importa más de la mitad del consumo interno de hidrocarburos y sus derivados, acentuando su dependencia energética, primordialmente de Estados Unidos.
Por muchos años, se abusó de la que fuera «la gallina de los huevos de oro», por una parte, de todos los ingresos que generaba la actividad petrolera, mucho más de la mitad se los llegó a quedar el gobierno (una proporción de 29% Pemex, contra 71% Gobierno).
Paralelamente, Pemex estuvo manteniendo al doble de trabajadores de las petroleras de tamaño similar en el mundo y dejó de invertir en el mantenimiento de sus refinerías. Resultado: menor producción de gasolinas y a comprar más de afuera para atender al mercado interno.
México importa más del 60 por ciento de la gasolinas que se consumen en el país, casi todo ese combustible proviene de Estados Unidos (86%), pero no es el único al que se le compra, el año pasado, otros proveedores fueron: Países Bajos (8%), España (1%), Bahamas (1%), Bélgica (1%) y Otras naciones de Europa y Asia (3%).
El país tampoco aprovechó el gas natural del que ha venido quemando a la atmósfera el equivalente a cerca de mil millones de pesos al año. En vez de eso, cada vez importa más a través de ductos y barcos. Más de la mitad de la electricidad que genera la CFE es con gas natural, del cual 46 % es importado.
¿Qué pasaría si alguien le cierra la llave a lagasolina y el gas del otro lado de la frontera? Si no se reactiva la producción interna, se tendría que buscar otro proveedor más distante y caro.
Vía Reforma