La ley de ingresos salió ayer, pero los legisladores programaron el presupuesto en ingresos que están en el aire pues su existencia depende de la concurrencia de factores que se encuentran fuera de su control.
Regeneración, 21 de octubre de 2016.- Luego de una larga negociación, con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Cámara de Diputados aprobó la Ley de Ingresos de la Federación 2017, algo que a decir de la columna “Ley de Ingresos: Malabarismo Irresponsable” de la Jornada está basado en especulaciones.
Según el acuerdo, los diputados “crearon” una bolsa adicional de 51 mil millones 380 millones de pesos; ingresos que se obtendrían con la modificación en dos de sus principales variables macroeconómicas: el tipo de cambio y la producción petrolera.
“Los diputados y la autoridad hacendaria modificaron sus estimaciones en dos de las principales variables macroeconómicas: por una parte, el tipo de cambio sufre una depreciación al pasar de 18.20 a 18.62 pesos por dólar, mientras la producción petrolera contempla un aumento de 19 mil barriles diarios, medidas que en conjunto representarían 17 mil 360 millones de pesos. De manera adicional, se acordó un incremento en la ‘eficiencia recaudatoria’ del Sistema de Administración Tributaria (SAT), que aportaría los 34 mil 10 millones de pesos restantes”, dice la columna.
Sin embargo, el acuerdo, apoyado por todos los partidos, excepto Morena, parece ser una “maniobra especulativa de consecuencias inciertas”, pues se aprobó con base en recursos que dependen de una serie de factores que no están ni en manos de los legisladores ni de la autoridad hacendaria.
Prueba de ello ha sido la volatilidad del tipo de cambio a todo lo largo del presente sexenio; “en este sentido, ni siquiera la eficiencia recaudatoria, en apariencia una atribución de la dependencia gubernamental referida, puede ofrecerse en garantía, pues una caída de la actividad económica daría al traste con la más elaborada estrategia de recaudación.”, sigue el artículo.
“Por añadidura, con la aprobación de la Ley de Ingresos en sus actuales términos, legisladores y Hacienda están sembrando la semilla de un desajuste en las finanzas nacionales que si bien arroja en lo inmediato beneficios palpables para los diputados y sus grupos políticos, puede traer en consecuencia –en caso de que no se materialicen las alegres especulaciones que permitieron la aparición de recursos– nuevas contrataciones de deuda, déficits fiscales y recortes en sectores claves como educación, salud o ciencia y tecnología. Sobra decir que tales impactos recaerán, como ocurre siempre, en el conjunto de la ciudadanía”.
Así, la reciente Ley de Ingresos, podría representar una mala jugada para los ciudadanos.
Vía La Jornada.