El alimento sagrado fue reconocido como Patrimonio Cultural Intangible de la CDMX en septiembre pasado pues se ha consumido desde la época prehispánica.
Regeneración, 14 de noviembre de 2016.– Las propiedades alimenticias del amaranto y su calidad de símbolo milenario lo convirtió el pasado septiembre en uno de los Patrimonios Culturales e Intangibles de la Ciudad.
Sus propiedades nutritivas son variadas, pues estudios alrededor del mundo destacan que es rico en proteínas, lípidos, almidones, carbohidratos, mienrales y en vitaminas como la A, C, D y K, entre otras cosas.
Pero además de sus propiedades, esta planta es también un simbolismo del pasado y de las culturas mesoamericanas como la maya y la azteca, las que lo colocaron en un lugar sagrado.
Y es que las propiedades que lo componen, no podrían ser más que mágicas: Por un lado, es más alto en minerales como el calcio, hierro, fósforo y carotenoides que la mayoría de los vegetales; además, tiene un contenido notable de proteína: taza por taza, 28.1 gramos de proteína comparados a los 26.3 gramos en el arroz.
El amaranto es una fuente genial de lisina, un aminoácido con un contenido de proteína comparable al de la leche, más fácil de digerir; eso no se puede decir de otros granos. Para apoyar este aspecto positivo del amaranto, también contiene proteínas primarias llamadas albumina y globulinas, las cuales, en comparación con las prolaminas en el trigo, son más solubles y digeribles.
Una taza de amaranto crudo contiene 15 miligramos de hierro, mientras el arroz blanco sólo contiene 1.5 miligramos. Esta medida también contiene 18 miligramos de fibra, en comparación, el arroz blanco contiene 2.4 gramos.
Por si fuera poco, el manganeso en el amaranto sobresale y contiene pocos carbohidratos. El amaranto contiene más de tres veces la cantidad de calcio y también es alto en magnesio, fósforo y potasio. El amaranto contiene de un 6 a 10 por ciento de aceite, predominantemente no saturado, o alrededor de 77 por ciento de ácidos grasos no saturados, incluyendo al ácido linoleico, requerido para una nutrición óptima. Sin ser lo menos importante en esta lista, el amaranto es el único grano con un contenido documentado de vitamina C.
Sus componentes, pues, son divinos y altamente recomendables pues sus beneficios están ligados a la prevención del cáncer y la baja en la incidencia de enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardíacas e infarto.
Debido a estas propiedades se recomienda consumir amaranto para tratar afecciones como la osteoporosis, cáncer de colon, hipertensión arterial, estreñimiento, insuficiencia renal crónica, insuficiencia hepática y encefalopatía hepática.
Vía viaorganica y mxcity