Él fue uno de los bebés rescatados del hospital Juárez tras el sismo del 85. Ahora, le tocó vivir otro temblor que lo dejó sin hogar.
Regeneración, 3 de octubre de 2017.- Francisco Rodríguez es uno de los 16 bebés que lograron ser rescatados con vida del Hospital Juárez, luego del sismo de 1985 y este 19 de septiembre, la vida le puso otra prueba, otro terremoto.
Él nació el 15 de septiembre, sano. Pero relató a Excélsior que su madre decidió operarse para no tener más bebés y por ello alargaron su estancia en el hospital. El 19 de septiembre, su madre perdió la vida bajo los escombros y Francisco fue adoptado por sus tíos maternos.
“En el momento del sismo estábamos ahí. Mi mamá intentó salir, pero al parecer le cayó una trabe encima y murió instantáneamente”, dijo Francisco.
Francisco estuvo muy delicado debido a que una varilla le atravesó la cadera y su fémur se infectó, por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Además, fue operado de la quijada porque presentaba problemas para comer por las lesiones que sufrió en el derrumbe del nosocomio.
“Tuve que recibir ayuda sicológica. Mi infancia fue un poco dura porque me encantaba el futbol y no pude jugarlo profesionalmente por lo mismo. Siempre quise manejar motocicletas y no pude; eso fue lo que realmente me frustró, pero afortunadamente ya lo superé”, dijo Francisco, quien quedó lesionado de una pierna.
32 años después de su rescate, el 19 de septiembre vivió otra vez la fuerza de un sismo.
Francisco estaba en su casa, cuando de repente todo se vino abajo con el temblor, pensó que iba a morir.
“Pude salir con trabajos, pero me di cuenta que las columnas del edificio estaban por vencerse, los locales comerciales de abajo estaban destruidos, algunas paredes y escaleras se habían derrumbado”.
Francisco vivía en el edificio ubicado en Calzada del Hueso 713, donde habitaban 39 familias más.
Aun no hay fecha para la demolición del inmueble, pero mientras tanto, Francisco vive acampando en el parque cercano a su hogar, de donde solo puso sacar su computadora y las escrituras.
“Al parecer todos perderemos refrigeradores, lavadora, televisiones, todas nuestras pertenencias pues el edificio podría caerse en cualquier momento. Hay noches en que el edificio cruje por el movimiento de los autos que pasan al lado”, relató.
Francisco está por graduarse de la carrera de Derecho y sueña con estudiar su maestría.
“Siempre he trabajado en gasolinerías pero estoy por terminar la carrera de Derecho y voy a estudiar la maestría. No me confío de la ayuda de las autoridades, lo único que pido es un trabajo para poder ofrecerle algo mejor a mi familia”.
Con información de Excélsior