Jordan Belfort, quien inspiró la película ‘El lobo de Wall Street’ advirtió de una gigantesca estafa relacionada con las divisas virtuales como el Bitcoin
Regeneración, 26 de octubre de 2017.- Jordan Belfort, el estafador que inspiró la película ‘El lobo de Wall Street’ (cuyo protagonista fue Leonardo DiCaprio) advirtió de una gigantesca estafa relacionada con las divisas virtuales o criptomonedas, como el Bitcoin.
Belfort, quien fue corredor de bolsa en Wall Street, pasó 22 meses en prisión y ahora se dedica a dar charlas motivacionales advirtió que «una gigantesca estafa está por explotar en la cara de muchísimas personas. Es, por mucho, peor que cualquier otra que yo haya hecho».
Así lo aseguró en una entrevista para el Financial Times. Indicó que el riesgo de esta supuesta estafa radica en las ofertas públicas iniciales de las criptomonedas.
Las empresas emergentes, para recaudar dinero, venden fichas digitales a cambio de criptomonedas.
Estas divisas virtuales también se usan para «fondear» campañas: un emprendedor anuncia su idea, crea una criptomoneda y la vende para obtener dinero con el cual financiar su negocio.
Se supone que, cuando esta compañía por fin se ponga en marcha, quienes posean esta criptomoneda podrán canjearla por dinero real.
Hay alrededor de 700 divisas virtuales circulando en Internet, la más famosa de ella es el bitcoin, que vale aproximadamente 2 mil 700 dólares por unidad.
El canal de YouTube «Magic Markers» explica de manera comprensible cómo funcionan estas divisas virtuales:
Ahora bien, el excorredor de bolsa comparó estas operaciones con los llamados «fondos ciegos» («blind pools», en inglés) de los años 70 y 80, cuando las compañías recaudaban dinero de los inversores sin informar cómo se gastaría.
Muchos fondos de este tipo se disolvían sin hacer una sola inversión y los recaudadores desaparecían con grandes sumas. Belfort asegura que algo parecido podría ocurrir con las criptomonedas.
Belfort, agrega que los vendedores de divisas virtuales podrían crearla en tan sólo unas semanas, promoverla agresivamente, colarse un poco en el mercado, causar interés (quizá con el apoyo de alguna celebridad) y después vender el resto antes que el precio colapse.
«No estoy diciendo que haya algo malo con las divisas virtuales, sólo que la gente que puede empezar a involucrarse con ellas podría corromper la idea», concluyó.