Por Ricardo Sevilla
Hace un año, confiando en que quizá nadie lo notaría, Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del Instituto Nacional Electora abrió las puertas del INE a personajes ligados a las organizaciones Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y a colaboradores y editores de las revistas Nexos y Letras Libres con el propósito de injerir en las próximas elecciones de junio, las más grandes en la historia de México.
En reiteradas ocasiones, el presidente López Obrador ha señalado que la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), fundada por Claudio X. González Guajardo, sostiene una red de aliados ⎼integrada por empresarios, periodistas e intelectuales⎼ que operan a través de diferentes medios de comunicación, bajo una serie de maniobras bien orquestadas (y que algunos han denominado “nado sincronizado”), para atacar y denostar a su gobierno.
López Obrador, en particular, ha señalado a periódicos como Reforma, El Universal y a personajes como Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín.
Pero el señalamiento no sólo ha sido negado por MCCI, sino que, además, la organización que dirige María Amparo Casar ha sido defendida por columnistas de El Universal, Reforma, El Financiero y, desde luego, Excélsior (donde Casar, por cierto, es editorialista).
Los artículos y columnistas, con total desenfado, ha dicho que el Gobierno Federal orquesta una campaña contra la sociedad civil o, peor aún: que el Presidente padece un “delirio conspiracionista”.
Sin embargo, y pese a lo que aseguran aquellos articulistas, estas declaraciones son contradichas por la propia organización que capitanea Amparo Casar, puesto que en la página web de MCCI ⎼e incluso en sus propios informes anuales⎼ se puede observar una lista de organizaciones y medios de comunicación que ellos mismos presentan como sus “aliados estratégicos”. En dicho inventario se puede observar, entre otros, al periódico Reforma, la revista Nexos y el medio digital Animal Político.
No parece ser casualidad que el consejo consultivo de MCCI esté integrado precisamente por Héctor Aguilar Camín, dueño de Nexos, por Juan Ernesto Pardinas Carpizo, director editorial de Reforma e incluso por el exministro de la SCJN José Ramón Cossío Díaz.
LOBOS EMPRESARIALES BAJO LA PIEL DE SOCIEDAD CIVIL
La RAE ofrece dos significados sobre la palabra aliado: “Dicho de una persona: Que se ha unido y coligado con otra para alcanzar un mismo fin” y “Dicho de un Estado, de un país, de un ejército, etc.: Que está ligado con otro para fines comunes”.
En MCCC ⎼organización que presume estar integrada por “expertos” e “intelectuales y periodistas destacados”⎼ sin duda debieron comprender muy bien este significado cuando decidieron enlistar a sus “aliados estratégicos”.
De esta manera, podemos constatar que entre los principales aliados coligados con MCCI para alcanzar un mismo fin ⎼que en opinión de muchos intelectuales podría tratarse de un “golpe blando” contra el Gobierno de López Obrador⎼, además de la USAID (cuyo financiamiento e injerencismo en la política nacional ya ha sido ampliamente documentado), también se encuentra el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), organización presidida por el empresario Valentín Díez Morodo, que también está financiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.
Descendiente de españoles, Díez Morodo, además de ser presidente del Consejo Consultivo de Grupo Modelo (que ahora forma parte de AB InBev, el grupo cervecero más grande del mundo), es vicepresidente del Consejo de Administración de Kimberly Clark, propiedad de Claudio X. González Laporte, padre de Claudio X. González Guajardo, fundador de MCCI.
Desde hace décadas, Agustín Díez Morodo, un empresario longevo (tiene 80 años), es considerado uno de los consejeros más influyentes de la clase empresarial mexicana. Su nombre aparece en más de 30 consejos de administración de grandes corporativos, instituciones y museos de México y el extranjero. Su amistad con la familia X. González, apenas cabe decirlo, es añeja y profunda.
En septiembre del año pasado Agustín Díez Morodo reclutó a la economista itamita Valeria Moy Campos para dirigir el IMCO, asociación civil que, junto con MCCI, es una de las organizaciones más críticas de la 4T. En su sitio web, presume tener como “aliados” a diarios y revistas, como El Universal, Reforma, Animal Político y la revista Expansión, entre otros.
Cabe mencionar que, años atrás, Díez Morodo había empleado precisamente a Juan Ernesto Pardinas, actual director editorial del periódico Reforma y miembro del consejo consultivo de MCCI, para encabezar el IMCO.
Antes de llegar a la asociación de Díez Morodo, Valeria Moy, quien actualmente es editorialista de El Universal dirigió (durante cuatro años) la organización México, ¿Cómo vamos?, presidida por el empresario y economista Luis de la Calle Pardo, hombre clave durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Tras la salida de Valeria Moy en ningún momento se pensó disolver la estrecha relación entre el IMCO, MCCI y México, ¿Cómo vamos? Todo lo contrario: su transición fue un “acuerdo estratégico” entre Luis de la Calle, Claudio X. González y Díez Morodo para fortalecer aún más la presencia de aquellas organizaciones.
De la Calle y Morodo ⎼que comparten mesa en diferentes consejos consultivos, como en Grupo Modelo y Aeroméxico⎼ decidieron mover sus piezas para que Valeria Moy encabezara los esfuerzos antilopezobradoristas desde el IMCO.
Para cubrir su ausencia, los empresarios llamaron a la (también) itamita Sofía Ramírez Aguilar, quien, avalada por el propio Claudio X. González, fue designada para redoblar los embates contra la 4T, pero ahora desde la huestes de Luis de la Calle, en México, ¿Cómo vamos?
Pero Valeria Moy, que goza de toda la confianza de Díez Morodo, no saldría de México, ¿Cómo vamos?
La participación de la nueva directora del IMCO, aunque de manera subrepticia, sería más influyente: se quedaría a formar parte del consejo consultivo de la organización, al lado del propio Luis de la Calle, Edna Jaime (de MCCI) y Jorge Suárez-Vélez (colaborador de Letras Libres, Reforma, El Financiero y, por si fuera poco, amigo de Enrique Krauze.
EL ESPIONAJE DEL CISEN EN MANOS DE LA “SOCIEDAD CIVIL”
Sofía Ramírez Aguilar, actual directora de México, ¿Cómo vamos?, cuenta con una amplia experiencia en la obtención de datos e información confidencial.
Y es que Ramírez Aguilar no sólo trabajó (durante cuatro años) bajo las órdenes de Claudio X. González, como directora general de la Unidad de Investigación Aplicada en MCCI, sino que, entre 2010 y 2012, fue designada por el entonces presidente Felipe Calderón como directora General de la Secretaría Técnica del Consejo de Seguridad Nacional.
De hecho, durante el último año con Calderón y en el primer año del gobierno de Peña Nieto, Sofía Ramírez se desempeñó como ministra de Seguridad en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en la embajada de México en Washington.
Las estrategias y tácticas aprendidas por Ramírez Aguilar en el CISEN ⎼institución civil que fue considerada una agencia de espionaje al servicio de los gobiernos priístas y panistas⎼ serían, sin duda, de muchísima utilidad para la campaña antilopezobradorista impulsada por Luis de la Calle, Díez Morodo y Claudico X. González en sus respectivas organizaciones.
Para impulsar los contenidos de México, ¿Cómo vamos?, la asociación civil de Luis de la Calle decidió continuar con la misma estrategia que, desde hace mucho tiempo, ha sido implementada por el IMCO y MCCI: difundir sus materiales (artículos, reportajes, podcasts e intervenciones en diferentes paneles de noticias) a través de los medios de comunicación que, al igual que MCCI y el IMCO, ellos también designan como sus “aliados estratégicos”, y que, coincidentemente, son los mismos: El Universal, Reforma, Animal Político, Nexos, Expansión, El Financiero, Milenio, The Washington Post, etcétera.
En los reportes que la propia organización encabezada por Sofía Ramírez elabora para dar a conocer sus resultados, ellos mismos se ufanan de su “renovada presencia” en cada uno de esos medios:
INE ENTREGARÁ EL PREP A KRAUZE Y AGUILAR CAMÍN
El Programa de Resultados Preliminares (PREP), como mucha gente sabe, tiene una importancia capital dentro de los procesos electorales.
Se trata del principal mecanismo de información del INE para dar a conocer, de manera preliminar, los resultados de las elecciones a través de la captura y publicación de los datos plasmados en las llamadas Actas de Escrutinio y Cómputo por los funcionarios de mesa directiva de casilla, los cuales se reciben en los Centros de Acopio y Transmisión de Datos, a partir de la misma noche de la Jornada Electoral y hasta 24 horas después del inicio del Programa.
El INE se jacta de que este mecanismo sirve para brindarle una total certidumbre a los actores políticos, medios de comunicación y, principalmente, a la ciudadanía para que se mantenga informada, “con confianza y transparencia”, sobre los resultados de las elecciones de los diversos cargos de elección popular.
Y para garantizar que eso ocurra, agrega el INE, debe nombrarse un “honesto y confiable” Comité Técnico Asesor del Programa de Resultados Electorales Preliminares (COTAPREP).
En teoría, nada de esto resulta alarmante. Lo inquietante, en todo caso, es que el COTAPREP que vigilará el Proceso Electoral Federal 2020-2021, en esta ocasión, está conformado por seis integrantes, entre los cuales, al menos dos, tienen una relación de subordinación directa con Luis de la Calle, MCCI e incluso con las revistas Nexos y Letras Libres (cuyos propietarios son, como se sabe, Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze).
Y es que, el 15 de mayo de 2020, en una sesión extraordinaria convocada por el INE a la que muy pocos prestaron atención, Sofía Isabel Ramírez Aguilar, directora de la organización antilopezobradorista México, ¿Cómo vamos?, y Sebastián Garrido de Sierra, editor en la sección “Taller de datos” de la revista Nexos y colaborador habitual de la revista Letras Libres, fueron designados como integrantes del COTAPREP, con el propósito de “contribuir al desarrollo de la vida democrática”, y “velar por la autenticidad y efectividad del sufragio”, según puede leerse en el Acuerdo del Consejo General del Instituto Nacional Electoral por el que se dispone la integración del Comité Técnico Asesor para el Programa de Resultados Electorales Preliminares del Proceso Electoral Federal 2020-2021 (publicado el 01/06/2020, en el DOF).
https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5594184&fecha=01/06/2020
Pese a que en el INE sabían que Sofía Ramírez Aguilar y Sebastián Garrido de Sierra pertenecen a estas organizaciones y revistas (porque entregaron su currículo al instituto presidido por Lorenzo Córdova), eso no impidió que los consejeros electorales frenaran sus intenciones.
Sin importar que el vínculo de sujeción laboral pudiera poner en riesgo su imparcialidad al momento de operar el PREP, Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del INE y el consejero Ciro Murayama Rendón (junto con Adriana Favela Herrera, Dania Ravel Cuevas, Jaime Rivera Velázquez y Beatriz Zavala Pérez) decidieron aprobar, con seis votos a favor y un voto en contra (de José Roberto Ruiz Saldaña), el nombramiento de estos personajes vinculados a Krauze, Aguilar Camín y Luis de la Calle.
Cuando Claudio X. González dijo, el 10 de noviembre del año pasado, que su nueva organización Sí por México respaldaría al PRI, PAN y PRD, de cara a las elecciones de 2021, con el objetivo de “ganar la mayoría de los escaños en la Cámara de Diputados y las 15 gubernaturas a cambio de una agenda conjunta y candidaturas” (y, de paso, arrebatar a Morena la mayoría en San Lázaro), quizá pocos imaginaron que el empresario, mediante una jugada subrepticia, se atrevería a infiltrar al equipo de Krauze, Aguilar Camín, y a sus huestes de la “sociedad civil” en el INE.