No deja de sorprendernos el nivel tan lamentable al que intentan reducir la discusión pública y los alcances que tienen a la hora de intentar desprestigiar la administración actual.
Por Melissa Cornejo
RegeneraciónMx, 12 de enero de 2022.- Durante los últimos tres años hemos sido testigos de la decadencia de los intelectuales, políticos y periodistas de derecha, que demuestran todos los días ser merecedores de la etiqueta que en algún momento les otorgó el presidente: oposición moralmente derrotada.
A pesar de que la mayoría de los mexicanos sabemos qué clase de oposición tenemos, no deja de sorprendernos el nivel tan lamentable al que intentan reducir la discusión pública y los alcances que tienen a la hora de intentar desprestigiar la administración actual, pues no les importa lucrar con el dolor de los mexicanos, colgarse de movimientos legítimos, y a raíz de la pandemia, vender pruebas covid –como en alcaldías panistas– y celebrar cada muerto que ha dejado la emergencia sanitaria.
Desde el inicio de la contingencia han apostado por medidas autoritarias que buscan estigmatizar al individuo que se infecta, como si la enfermedad fuera una falla moral; pretenden poner la responsabilidad en el individuo con medidas coercitivas, e incluso, como en Jalisco, han llegado a apostar por la represión y la brutalidad policial contra las personas que no usan cubrebocas en espacios públicos, como lo demostró el caso de Giovanni López, quien fue asesinado a manos de policías de un gobierno de Movimiento Ciudadano.
Después de cada espectáculo, uno más lamentable que el anterior, podríamos cometer el error de pensar que nos han dejado ver su lado más deleznable. Sin embargo, todos los días nos dejan claro que se puede ser más ruin.
Tras el anuncio de la reinfección de Andrés Manuel López Obrador, las redes sociales se inundaron de mensajes llenos de veneno y mala fe, en los que gran parte de la oposición se congratulaba por la enfermedad del presidente, lo estigmatizaban y lo culpaban por su contagio, demostrando que después de dos años todavía no entienden nada del curso de la pandemia, a pesar de que tienen de su lado a una dentista experta en epidemiología.
Una vez más, la oposición nos enseña que su prueba salió negativa a empatía, y que esto le impide solidarizarse, ver por el bien común y encontrar un puente que le permita reconocer, comprender, e identificarse con el otro.
Nunca olvidaremos que la oposición ha demostrado –una vez más– no estar a la altura de las circunstancias y estar desprovista de empatía, y sin ella nunca le será posible interesarse por los mexicanos.
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