Por : Ana María Vázquez
RegeneraciónMX,- Muchos hoy, al ver los tuits de Vicente Fox, sentimos pena y un gran asombro, seguido de un sentimiento de culpa por permitir que un hombre así haya ocupado la presidencia de 2000 a 2006.
En aquel entonces, muchos, hartos de la corrupción y entreguismo del Priismo, buscában una opción viable alejada del PRI por el cual contendía Francisco Labastida, y Cuauhtémoc Cárdenas por el PRD.
En ese momento, la elección favoreció mayoritariamente a un hombre impulsado por otro, cuyos antecedentes lo situaban como un hábil propagandista; como vicepresidente Internacional de Mercadotecnia de Editorial Televisa, Francisco Ortiz pudo crear un halo contestatario e incendiario en contra del partido en el poder, prometiendo “sacar al PRI de los Pinos”, “limpiar de tepocatas y víboras prietas al gobierno” … y muchos lo creyeron, sin embargo, la elección ya estaba pactada.
El escándalo del FOBAPROA perseguía a Ernesto Zedillo y era necesaria la continuidad del secreto que enlodaba a muchos nuevos ricos y altos políticos; en el Congreso, se había pedido la intervención de un auditor canadiense, Michael Mackey para revisar las ilegalidades del FOBAPROA, sin embargo, la auditoria no pudo llevarse a cabo ya que al canadiense no se le dieron los documentos completos, y los más importantes, según consignó, habían permanecido al resguardo del Ejecutivo.
Con todo, presentó un informe resguardado por cinco claves, una para cada partido que, en conjunto, deberían abrir los documentos que contenía lo que siempre aclaró era un INFORME y no una auditoría.
El PRI, nunca quiso entregar su clave y el informe fue transferido al IPAB. La presión de los partidos, principalmente del PRD, impulsó a Ernesto Zedillo a pactar la presidencia con el entonces líder del PAN, Felipe Calderón, era preciso encontrar a alguien lo suficientemente comprometido y maleable para “resguardar la silla”, hasta la llegada de Calderón quien terminaría de sellar y enterrar tan “penoso asunto”.
El secreto del adeudo millonario podría quedar entonces lo suficientemente resguardado para que, jugando al olvido y la prescripción de delitos, quedara todo en el olvido, todo, menos el gran adeudo que aún seguimos pagando y que, se supone terminaría en 2024.
Así, la sucesión fue pactada y entregada a Vicente Fox y, con la alianza, Calderón hizo que su bancada aprobara con 326 votos el FOBAPROA el 12 de diciembre de 1998.
¿Por qué Fox?
Durante el ejercicio de Vicente Fox como Gobernador de Guanajuato, sus hermanos José y Juan Pablo, crearon las empresas “Congelados José” y “El Cerrito”, dichas empresas, a punto de la quiebra, fueron rescatadas por Fox quien consiguió créditos bancarios para sostenerlas, dichos créditos fueron “reestructurados” con el FOBAPROA, haciéndolo beneficiario de convenios que quedaron en letra muerta tanto para estas empresas, como para otras de su propiedad.
En comparación con otros, Fox era uno de los beneficiarios menores, sin embargo, la probable apertura de los archivos comprometía su mandato como gobernador por tráfico de influencias.
Calderón y Zedillo encontraron en él al candidato ideal que garantizara la sucesión al primero, pero, sobre todo, el silencio en el pacto que hundiría al país en una deuda que crece cada día más.
La simulación de campaña, de alternancia y la entrega del país por dos sexenios fueron parte del pacto de silencio entre Zedillo y Calderón concertado una tarde de octubre de 1998