Regeneración, 4 de enero de 2015. Era el 2 de enero de 1998, en el campamento de X’Oyeb, Chiapas (días antes, el 22 de diciembre de 1997, habían sucedido la masacre de Acteal, en Chenalhó, miles de indígenas se habían refugiado en campamentos improvisados para huir de la violencia paramilitar), el Ejército mexicano pretendía desmantelar dicho lugar, pero los ánimos estaban encontrados. Aquella mañana, las mujeres tzotziles rodearon a los militares para impedirles el paso. Entonces Pedro Valtierra, fotógrafo de La Jornada, se metió en en medio de los empujones y gritos. Telefoto en mano, comenzó a disparar su cámara, a un metro de distancia. Esa foto pasaría a la historia símbolo de la rebelión indígena en Chiapas, del dolor y la rabia tras la masacre de Acteal, un crimen de Estado que todavía sigue pendiente de justicia y donde murieron 45 indígenas que rezaban, la mayoría mujeres y niños.
Pedro Valtierra un fotoperiodista mexicano al que se ha comparado con Robert Capa o Henry Cartier-Bresson, a quien considera sus maestros.
Pedro Valtierra escribió estos días en su tuiter: @PPvaltierra: «Hoy hace 17 años tome esta foto que muchos quieren y eso estimula pero duele que las cosas empeoren»