No puede descartarse que sea parte de un plan de desestabilización política, impulsado en los últimos meses por sectores de la oposición afirmó Nidia Díaz
Regeneración, 6 de julio del 2025. Militantes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), partido de izquierda que surgió de la guerrilla y que se mantiene en la Presidencia de El Salvador, viene siendo blanco de asesinatos en los últimos meses. El FMLN acusa a las pandillas de ser las autoras de esos casos, según se publicó en el portal de noticias Adital.
El más reciente ataque ocurrió contra el hijo de uno de los fundadores del Frente, Marco Antonio Guevara. Se trata de Mauricio Landaverde Lara, de 37 años. Según la policía, habría sido atacado a tiros por miembros de la «Pandilla 18”, después de dejar a su hijo en la escuela.
La dirección del FMLN afirma en una nota que el delito fue un acto de cobardía de parte de las pandillas, que asesinaron a Lara sin posibilidades de defenderse. «Exigimos a la Fiscalía General una rápida y exhaustiva investigación a fin de determinar con exactitud a los responsables del crimen, y que sean juzgados y castigados”, remarca el Frente.
Antes de Lara, fueron asesinados: el ex-guerrillero y presidente de la Asociación de Víctimas de la Guerra de El Salvador (Alges), Israel Quintanilla, y su hijastro Carlos Zavala, secuestrados y muertos a tiros.
Quintanilla fue parte de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), durante el conflicto armado de El Salvador. Su muerte continúa aún sin esclarecerse. Él habría sido asesinado por, supuestamente, proveer en forma ilegal, armamento a las pandillas. La Alges niega esa posibilidad.
Otra militante del FMLN víctima de homicidio fue Magdalena Torres, que fue candidata por el Frente en las últimas elecciones municipales y legislativas, en marzo último, en la ciudad de Tonacatepeque.
Nidia Díaz, diputada por el FMLN, ya dijo a la prensa que esos ataques pueden tener motivaciones mayores que la ola de violencia que atraviesa el país centroamericano. Para ella, no puede descartarse que sea parte de un plan de desestabilización política, impulsado en los últimos meses por sectores de la oposición.